Sobreviviendo a mi playboy © (3)

CAPÍTULO 34

KAREN

En cuanto mi hermano se fue, Sonia me llevó a mi dormitorio. Antes de dejarme sola me dijo que todo iría bien y que por la mañana vería mejor las cosas. Yo no estaba tan segura. Me senté en la cama y me llevé las manos a la cabeza. Me costaba mucho respirar y me dolía el pecho. Cerré los ojos y empecé a sollozar en silencio. Las lágrimas me caían como si fueran cascadas, no me las limpié. No podía perder a Kyle, todo esto me estaba matando. Me mataba el hecho de no saber nada sobre su estado, si por mi fuera ya estaría dentro de un avión directa a Estados Unidos. No me iba a dar por vencido. 

Sorbí por la nariz y de un manotazo me quité todo rastro de lágrimas de la cara. Si me quedaba sentada no iba a conseguir nada, tenía que hacer algo... me acerqué al ordenador y empecé a buscar billetes de avión para hoy. Kyle me necesitaba y yo haría lo imposible por ir hasta allí.

Estuve más tiempo del que pensé pegada al ordenador, los ojos me escocían y se me cerraban. Bostecé. Tenía mucho sueño. Pero sabía que si me dormía no tendría otra oportunidad para irme a Estados Unidos. Porque mi idea era salir sin que Sonia me viera e irme al aeropuerto lo más rápido que pudiera. Sin embargo, mi hermano tenía razón. No podía ir sola. ¿Y si me ocurría algo en medio del vuelo? ¿Y si me perdía en Estados Unidos? Tendría que ir con una persona de confianza, que no llamara a mi hermano y que no me dijera lo loca que estaba. Alguien que se conozca Estados Unidos... Resoplé, no se me ocurría a nadie pero por lo menos había encontrado unos billetes con buen precio para las once de la mañana. Sonreí, algo era algo. Los compré sin pensar, ahora me quedaba la parte más difícil, encontrar a alguien con quien ir y salir de aquí sin que Sonia me vea. Todavía era pronto para empezar a hacer la maleta así que me tumbé en la cama y me puse a pensar quien me acompañaría. 

Tampoco era que tenía muchas opciones. En primer lugar, Niall estaría muy ocupado con la boda así que él no era una opción. Sonia ya me había dicho que no por lo de James y mi hermano tampoco. Tan solo me quedaba... negué con la cabeza. Ni siquiera podía pensar en que él viniese conmigo, apenas hablamos y desde el accidente todo entre nosotros se volvió incómodo, pero era el mejor amigo de mi marido y había estado en Estados Unidos antes, puede que fuera la mejor opción aunque no me gustase la idea de compartir viaje con él. ¿Ryan sería de confianza? Puede que sí, creo que casi no conoce a mi hermano así que no tendría peligro porque me delatara. Pero sabía que sería muy raro y muy incómodo, tal vez lo mejor sería no decirle nada. Pero ya no había más personas con las que podía contar. Me frustré. ¿Qué haría ahora? 

Me giré de un lado en la cama y cerré por un momento los ojos. ¿Y si mi hermano tuviese razón? ¿Y si lo mejor fuera esperar? Kyle me llamaría una vez estuviese mejor, podría esperar hasta entonces. Pero, ¿y si no estuviera bien? Tenía miedo de perderlo y yo sé que él haría lo imposible si fuese yo la que estuviera en su lugar. Él sería capaz de desobedecer a todos e irse directamente hasta allí, por mí. No podía darme por vencido, no cuando era el amor de mi vida quien podría estar en peligro. Y entonces se me ocurrió. La persona ideal para acompañarme. Al principio podría ser incómodo pero ella era la única opción viable. 

Laura.

Además, ella ya había olvidado de Kyle, era pareja de Derek, me ayudaría solo con tal de ver a Kyle bien. No haría preguntas y ni siquiera conoce a mi hermano o Sonia, era perfecta. Tendría que ir a su casa y contarle lo que tenía planeado. Si ella no me ayudaba, entonces me daré por vencida...

Un poco más tarde de las cinco de la mañana terminé de hacer una pequeña maleta con lo básico; ropa interior, algunas camisas, pantalones, zapatillas y abrigos. Tampoco tenía pensado quedarme por mucho tiempo, solo el necesario para que Kyle pudiese recuperarse, y en cuanto estuviese mejor nos volveríamos a España. El problema era que no había reservado ningún hotel, yo tan solo deseaba estar las veinticuatro horas en el hospital junto con él, así que no creía que haría falta un alojamiento, aunque no sabía si Laura estaría de acuerdo con eso. En fin, ya se nos ocurriría algo.