T/n una joven de 23 años de edad, vivía con una típica rutina que consistía en ir del trabajo a casa y ocasionales salidas. Harta de la monotonía de su vida cotidiana y de soledad que está implicaba, decidió adoptar a un pequeño felino para hacerle...
"Ella ya se dio cuenta. " "Sólo faltas tú. " "Más te vale darte prisa o voy a regresar. "
Esa amenaza ahora tenia sentido, uno que quedó muy en claro desde el momento en que el chico de sonrisa radiante y actitud efusiva entró en el local.
Suga comprendió que el tipo estaba listo para reanudar comunicación con T/N, pero aún así no entendía ciertas cosas.
Con regresar ¿se refería a querer volver a cortejar a su dueña?, además sus palabras eran tan directas como flojas para su razonamiento.
¿Qué era lo que T/N sabía que él no? Ella no era precisamente un cofre lleno de secretos ni personales ni de sus amigos o cercanos, a sus ojos T/N era una chica simple y transparente sin problemas aparentes.
Por otro lado estaba él, un campo seco e infertil con un pasado que le perseguía físicamente.
No tenía prisa ni idea de nada de lo que fuera a tramar aquel chico de hebras negras, simplemente no le importaba. Dos veces tuvo que vivir el abandono y traición por quienes fueran sus dueñas, pero sin duda la última fue la peor de todas.
Cinco años de gato callejero resultaron ser menos dolorosos que ver como su más reciente dueña le buscaba con desespero y preocupación, con solo un par de días fuera de casa.
No volvería a las calles jamás, era algo que se lo había prometido a ella y para él mismo. Por lo que Hoseok no le causaba temor al albino, en cambio la pelirroja misma que ahora hacia sentada en la barra que él atendía, esa si lograba hacerle herbir la sangre.
Suga:- Namjoon atiende – ordenó en un tono de voz frío y amargo, uno muy típico de él.
Lo que menos quería en esos momentos era entablar una charla con Hyesoo, aunque esta fuera una sobre el menú de la cafetería.
Para su mala suerte al voltear a ver al rubio que se encargaba de la barra junto con él, se percató de como este corría de un lado a otro atendiendo a un grupo de personas imbéciles que decidieron sentarse en la barra, que en una de las tantas mesas esparcidas por todo el local.
Hyesoo:- Deberás atenderme tú mismo Yoongi – soltó orgullosa y con cierta pizca de gracia, se temía el rechazó por parte del menor – sólo quiero un café y un postre, además quiero hablar contigo amor~ – esa última palabra, el tono de cinismo y el desprecio hacia la pelirroja.
La combinación perfecta para que Suga perdiera los estribos y se llenará de furia.
Poco a poco las cosas tomarían su lugar. Suga comprendería mejor las palabras de Hoseok, mientras que T/N descubriría el pasado de quien fuera su gato.
Hyesoo comenzaría a usar sus mejores cartas y a sacar su lado más oscuro, después de todo.
Era ganar o perder.
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