T/n una joven de 23 años de edad, vivía con una típica rutina que consistía en ir del trabajo a casa y ocasionales salidas. Harta de la monotonía de su vida cotidiana y de soledad que está implicaba, decidió adoptar a un pequeño felino para hacerle...
T/n:- Hobi aquí tienes, enserio muchas gracias - dije alzando le una bolsa con la ropa que me había prestado, obviamente ya limpia.
Hoseok:- De nada T/nnie - tomo la bolsa - ¿qué tal tu día ayer? - dejo la bolsa dentro de su casillero.
T/n:- Algo cansado por caminar tanto, pero bien - dije colocando me mi mandil, amarandolo de mi cintura primero.
Hoseok:- Si, por cierto - me tomo de los hombros para luego voltear me - tú y tu primo, no se parecen en nada - tomo la parte superior de mi mandil para levantarle y amarar las cintas en mi cuello.
T/n:- Primos lejanos - fue la única estupidez que se me ocurrió decir.
Hoseok:- me volteo de forma rápida y sujeto mis hombros - Más te vale que sea un helado grande - me dijo risueño y me soltó.
Empezamos con el trabajo. Yo en la caja y el atendiendo la barra.
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No podría decir que mi jornada de trabajo fue de lo más interesante, de hecho pasó demasiado rápido para mí parecer. Ya en estos momentos estoy en mi casa.
Suga:- Llegaste - lo escuche decir desde la sala. Miraba televisión.
Salude y me dirigí a mi cuarto para poder sacar mi computadora y lo necesario para mi clase de hoy. Ya todo listo fui a la sala y prepare todo para empezar.
Suga:- Tu clase otra vez - dijo mientras se acercaba algo curioso.
T/n:- Si, ¿lo recuerdas? - él asintió - también de cuando me mordiste - me dio una sonrisa que mostraba su blanca dentadura y una de sus orejas giro un poco.
En 5 minutos comenzaba mi clase, por lo que empecé a buscar en mi horario cuando sería el próximo examen que tendría que presentar en el edificio.
Sentí como algo pasaba por debajo de mi brazo para terminar recargado en mis muslos. Era Suga.
Suga:- Hueles a café y pan dulce - dijo con su mirada en mi monitor.
T/n:- Será porque trabajo en una cafetería - deje el cuaderno que tenía en mis manos sobre la mesa que estaba en el centro de la sala.
Mi clase comenzó. Esta sería una sesión de una hora y media que incluían materias como biología, inglés y una de la carrera.
Ya estaba a mitad de mi clase y en ningún momento Suga se levantó de encima de mis muslos e incluso se le veía un poco dormido. Admito que me dio ternura verlo luchar contra el sueño.
Podía atender mi clase con una sola mano, por lo que dejé mi mano dominante sobre mi laptop y la libre la dejé sobre el hombro de Suga, como si de un abrazo se tratase.
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Mi clase terminó con la típica pestaña que me mostraba mis resultados y tareas, cuya en esta ocasión también incluía el día en el que tendría que presentar un examen en el edificio. Enseguida apunté la fecha en mi horario.
Mire a Suga, quien desde hace rato ya se había dormido. Cerré mi laptop, pero al querer pararme para ir a guardarla y tomar una ducha rápida me di cuenta que no podría sin despertarlo.
Lo volví a observar, se le veía tan cómodo y lindo de esa manera. Era tan irreal lo que estaba viviendo, el gato que adopté en busca de compañía resultó ser un híbrido.
Uno que a pesar de haberme dado cuenta de su verdad decidió quedarse conmigo. Alguien que estaba necesitado de amor y protección a lo que pude darme cuenta.
Pasé mi mano por su mejilla dándole pequeñas caricias, mientras que mi otra mano masajeaba su melena albina esquivando sus orejas caídas. Sentí como temblaba un poco su cuerpo, en un principio pensé que era por el frío de la habitación, pero eso se negó cuando oí un peculiar ruido de parte de Suga.
Él estaba ronroneando por mis caricias.
Una pequeña risilla silenciosa salió de mis labios al ver y escuchar los gestos que me indicaron que a pesar de estar dormido disfrutaba mis caricias.
Pasé mi dedo índice por detrás de una de sus orejas, provocando en su cuerpo entero un espasmo y que su oreja se levantará, aunque esto no logró despertarlo. Al ver su oreja a mi merced pase mi mano por ella formando caricias.
Suga:- Ahh~ - jadeo ronco y alto, mientras que su cuerpo tuvo otro espasmo y escondía un poco su rostro en mi abdomen.
Me sentí apenada al oír aquel gemido de su parte, no me imaginaba que tuviera tanta sensibilidad en las orejas. Mantuve mis manos quietas por unos momentos, hasta que sentí como mi muñeca era sujetada. Había despertado.
Suga:- Dicen que la curiosidad mató al gato - me dijo para después levantarse e ir a la habitación.
Me sentí tan avergonzada que ni siquiera pude verlo a la cara cuando fui por mi cambio. Me duche y vestí rápido. Cuando entre de nuevo a mi cuarto encontre a Suga dormido sobre la cama, aún seguía en la misma forma.
Entre en la cama tratando de no despertar lo y apage las luces.
