Suga:- Ahg quítame eso – dijo asqueado.
T/n:- Por dios Suga no actúes como niño – acerque de nuevo el pequeño vasito con medicamento – debes tomártelo no estas en condiciones para negarte.
Suga:- Sabe horrible y si estoy para negarme – dijo serio recibiendo una mirada de igual modo por mi parte – soy mayor así que tú eres quien debe obedecer me a mí – se señaló.
T/n:- Mayor o no, tomatela ya – extendí el vasito hacia él.
Suga:- ¿Qué optengo a cambió? – lo mire confundida y el soltó un suspiro – lo haré pero quiero algo – tomo el recipiente de mi mano y lo miró con algo de asco, respiro hondo antes de tomárselo de un shot.
Me reí al ver su expresión de asco al tomar la medicina, obviamente esto no fue de su agrado y me miró con enfado. Guarde las medicinas en el cajón del baño para usarlas cuando fuera hora y las que servirían para algún dolor repentino las guarde en la cómoda de mi cuarto.
Suga terminaba de comer tranquilamente en el comedor, mientras que yo estaba buscando algo en mi computadora. Hace mucho tomé la decisión de despedirme de mi pasado, dajar todo atrás y conservarlo como un hermoso recuerdo en mi vida. Y eso haría, por ello comprar esos boletos era el inicio de todo.
Suga:- ¿Boletos? ¿Piensas salir de viaje? – me cuestiono.
T/n:- Si, un viaje a Daegu de unos cuantos días – lo miré a la cara, tenía una expresión seria – así que te recomiendo elegir lo que llevarás – me miró asombrado.
Suga:- Me llevarás contigo a Daegu – asentí en un sí.
T/n:- No puedo dejarte de nuevo – solté sin pensarlo.
Mire la expresión en la cara de Suga, su sonrisa fue cambiada por un gesto serio, quedando así todo el departamento hundido en un silencio. Se levantó del sillón donde nos encontrábamos y se fue rumbo a la habitación sin decir nada.
Tal situación me hizo sentir rara y casi por impulso me dirigí al cuarto cuando oí la puerta de este cerrarse. Abrí de manera lenta la puerta, observándolo sentado sobre la cama apoyando sus brazos en sus piernas.
Me adentre cerrando la puerta detrás de mí para luego acercarme a él. Oí como soltó un suspiró pesado y cerró sus ojos, era como si estuviera hartó de algo o alguien.
Antes de que pudiera hablar, Suga se levantó de la cama y me tomó de la cintura, abrazándome de pronto y me hizo recostarme en la cama con él sobre mí.
T/n:- Suga ¿qué rayos te pasa? – dije moviéndome debajo de Suga.
Suga:- No quiero, no quiero – me respondió repitiendo varias veces.
T/n:- ¿Qué es lo que no quieres? – deje de moverme.
Suga levantó su cabeza para mirarme mejor, no habló de inmediato solo soltó una sonrisa que me dejaba ver sus blancos dientes.
Suga:- No quiero tomarme esa porquería – me dijo risueño y bajo su cabeza ocultandola en mi cuello.
T/n:- Suga ahh... Te dije que es por tu bien suelta me – dije y de vuelta seguí con un forcejeo.
Suga abrazó con más fuerza mi cintura a pegándome más a su cuerpo y su rostro se hundió más profundo en la curvatura de mi cuello, pude sentir como inhalaba mi cabello.
Suga:- No sabes cuanto extrañaba tu aroma – oí su voz profunda en mi oído.
Desperté un tiempo después de haber pasado ese rato con Suga. Me había quedado dormida por forcejear tratando de quitarme de ensima a Suga, pero por lo que veo jamás lo logre, ya que apenas hace unos segundos desperté y él aún seguía en la misma posición.
T/n:- Suga quítate, despierta – lo moví un poco, pero ni se inmutó.
Suga tenía su rostro en mi cuello, sus brazos apretaban mi cintura con la misma fuerza que en un inició y sus orejas y cola gatuna de fuera. Logre liberar mis brazos de la presión de su pecho, dejándolos a mis costados.
La falta de estos entre nosotros hizo que el cuerpo de Suga quedara totalmente pegado al mío.
Durante un rato más estuve intentando hacer que Suga se levantará, pero sin embargo no funcionó. Cuando estuve a punto de rendirme mire sus orejas caídas en su cráneo.
Levante mis manos para acariciar ambas a la vez, cuando las roce levemente con los dedos estas se movieron un poco y el rostro de Suga también.
La vez anterior pude ver su reacción cuando hize lo mismo que ahora, pero algo el mi quería continuar acariciando sus orejas albinas. Seguí con mi acto con delicadeza recibiendo como respuesta leves movimientos y balbuceos de parte de Suga.
Suga:- ¡A H H! ~ – gimio alto cuando apreté sus orejas – T/n~ – me llamo ronco, lo había despertado – ¿por qué no te hago sentir lo mismo a ti? – me dijo al oído provocando me un escalofrío.
Fue ahí donde todo se tornó más intenso. Suga me tomo con fuerza de la cadera, para luego dejar una mordida algo fuerte en mi cuello haciendo que gritara por tal sensación en mi piel, sujetando lo de la nuca.
T/n:- Ya~ – hable con dificultad – entendí.
Suga:- Te lo perdonaré esta vez, pero una más y terminarás de bajo mío – hablo en mi oído con un tono ronco en su voz – por ahora te haré una marca para señalarte como mía – dijo.
Me abrazo de nuevo con fuerza la cintura y hundió su rostro en mi cuello restregando su nariz, cosa que me provocó un cosquilleo haciéndome reír. Pero mi risa paro cuando sentí como Suga mordía con fuerza la parte media de mi cuello, donde continuo con tal presión para luego lamer esa área.
Suga se levantó de sobre mío y salió de la habitación sin decir nada.
Me quedé quieta unos minutos y luego imite la acción de Suga para dirigirme a la sala, donde ya hacía él viendo el televisor y mi computadora sobre la mesita del centró. Tomé la laptop y terminé de comprar los voletos para Daegu, para después apagarla.
T/n:- Nos vamos a Daegu mañana en la tarde para llegar pasado mañana – dije y cerré la laptop.
Suga:- ¿Dónde nos quedaremos? – inquirio.
T/n:- Tengo una pequeña casa en los territorios rurales de Daegu, nos quedaremos alrededor de 3 o 4 días – contesté.
Durante el resto de la tarde Suga y yo preparamos unas mochilas con ropa o utensilios que podríamos necesitar para el viaje.
Cuando terminamos de empacar limpié y acomode el departamento para poder irnos con calma la mañana siguiente.
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My Tsundere Kitten | ꜱᴜɢᴀ × ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ
FanfictionT/n una joven de 23 años de edad, vivía con una típica rutina que consistía en ir del trabajo a casa y ocasionales salidas. Harta de la monotonía de su vida cotidiana y de soledad que está implicaba, decidió adoptar a un pequeño felino para hacerle...