T/n una joven de 23 años de edad, vivía con una típica rutina que consistía en ir del trabajo a casa y ocasionales salidas. Harta de la monotonía de su vida cotidiana y de soledad que está implicaba, decidió adoptar a un pequeño felino para hacerle...
Después de su breve charla en aquel pacífico parque, el par de amigos decidió trasladarse a un bar para continuar su conversación. Confesiones eran soltadas una vez que el varón se sintió cómodo para hablar con mayor libertad, mientras que la mujer delante suya no hacía más que escuchar atenta cada una de sus palabras.
Tras oír tantas cosas, T/N llegó al punto en donde necesitaba "un poco de fuerza" para poder seguir. Es así como la pareja de amigos comenzó a beber, copa tras copa hasta perder noción del tiempo.
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NamJoon pagaba las consecuencias de haber dejado tomar a su compañera más de lo debido, aun si él mismo tenía retrasos por el alcohol en su sistema.
Con pesadez subía a paso lento las escaleras en dirección al departamento de la menor, puesto que la chica había rechazado subir por el ascensor con la absurda idea de que se trataba de una máquina malévola que consumía vida a quienes entraran.
Bueno, al menos eso pensó tras ver al hombre de avanzada edad que funcionaba como portero del edificio, salir del elevador tras una agotadora jornada.
Tonto, pero tampoco era como si el rubio estuviera en sus cinco sentidos. Por lo que no reprocho.
T/N:– ¡Ve por el! – lanzó una lata de soda al otro extremo de pasillo.
Los cabellos del rubio estaban a nada de tornarse verdes ante la desesperación. Como si lidiar con ella completamente borracha no fuera suficiente, debía cuidar que no lanzará todas las cosas que habían comprado o rodará escaleras abajo.
Como pudo hizo que su amiga quedara de pie al recargar la contra la pared. Tenía una idea.
NamJoon:– ¡Wii! – dijo de la nada agitando los brazos sobre él.
La chica le miró extrañada, ¿su amigo se había vuelto un idiota o por qué actuaba raro? T/N sabía que Namjoon se porto cual imbécil en un pasado, pero no tenía porque ser así ahora. Si él era un tonto ella seguiría queriéndolo, como buenos amigos.
Con esa idea en mente extendió sus brazos para abrazarle, podía ser un tonto, pero ella lo quería. Por otro lado, Namjoon aprovecho la postura para cargarla sobre su hombro. No era la posición más cómoda para ella, pero no había forma de subir sin correr riesgo de ser ahorcado.
De a poco sus pasos se acercaron al hogar de la chica, no quería lastimar a ninguno, por lo que se tomó su tiempo aunque le fue desesperado. Una visión ligeramente doble a causa del alcohol, sueño que ya arrastraba desde el bar, los movimientos inquietos de la joven en su hombro y sus reclamos de "me aprietas la tripa".
En definitiva, no volvería a beber con T/N en un buen tiempo.
NamJoon:– ¡Bola de pelos, abre la puerta! – llamó a al puerta. A su espalda se escucho un "Abran" seguido de unos golpes en la misma – esa no es la puerta, tonta – regaño agitando el cuerpo sobre él.
