Los encantos de George Weasley (Fanfic +18)

OCHO

Sala de conferencias

—Adiós mis niñas lindas, las extrañaré—lloró Lucrecia abrazando a sus dos hijas.

—Ya mamá, me verás la próxima semana y Oly irá a visitarte o tú podrás venir—intentó consolar Prissy a su madre.

Ya habían pasado los días y Lucrecia Delacour debía regresar a Francia con Apolline, la madre de Fleur.

Ambas mujeres se despedían de sus respectivas hijas y también de sus sobrinas. Todas eran muy unidas.

—¡Cuídense mucho y no estén saliendo de noche!—suplicó Lucrecia a sus hijas—. Sobre todo tu Olympe, intenta venir acompañada del trabajo.

Olympe asintió con la cabeza dándole una sonrisa tranquilizadora a su madre. Finalmente, después de muchos abrazos de despedida e insistencias por parte de Lucrecia para que sus hijas no sean "tan distraídas", se marchó a través de un traslador.

Fleur, Olympe y Prissy se miraron entre ellas. La mayor de todas decidió hablar.

—Iré con Bill, quizás me necesite—guiñó un ojo—. Las veo luego chicas.

"Oh cielos, irá a tener sexo", pensó Olympe.

—Si, está bien—sonrió Prissy—. A mí me espera Neville para ir a cenar.

Olympe giró su cabeza para ver a su hermana.

¿Es una broma? ¡Se supone que cenarían juntas!

—¡Prissy! ¡Ibas a cenar conmigo!—exclamó Olympe viendo a su hermana menor.

Prissy soltó una carcajada.

—Oh vamos Oly, sabes que dije eso para que mamá no se preocupara—dijo entre risas acercándose a la chimenea.

Olympe siguió a su hermana con los ojos abiertos y una expresión de ofensa.

—¿Al menos vendrás a casa temprano?—prefuntó cruzándose de brazos.

Prissy sonrió y guiñó el ojo.

—¡Por supuesto que no volveré a casa!—volvió a reír mientras lanzaba los polvos flu y desaparecía.

Mocosa atrevida…

Olympe tomó un poco de polvos flu y se apresuró a entrar a la chimenea cuando escuchó ruidos en el piso de arriba, justo donde se encontraba la habitación de Fleur y Bill.

Ellos estaban follando.

—Demonios, que horror...—murmuró antes de desaparecer.

Olympe apareció a los segundos en su apartamento. Frente a ella estaba Prissy con una gran sonrisa.

—Pasaré la noche con Neville, podrías aprovechar que tendrás el apartamento para ti sola y quizás, invitas a alguien—propuso la menor elevando sus cejas de forma juguetona.

Olympe abrió su boca espantada.

—¡No haré eso!—chilló—. Me quedaré en casa a preparar mi proyecto—sonrió orgullosa.

Prissy rodó los ojos.

—¿Nunca dejas de trabajar? ¡Sal a divertirte!—insistió la menor.

—¡Me divierto!—contraatacó Olympe.

Prissy elevó una ceja.

—¿Leyendo y llenando formularios? Que divertido Oly—se burló.

Olympe rodó los ojos cansada.