No hablemos de hombres
—Oye hermano no quiero meterme en tu vida pero, no creo que eso sea lo mas adecuado—dijo Fred apoyado sobre el escritorio de la caja de la tienda.
George siguió con lo que estaba haciendo ignorando las constantes insistencias de su hermano gemelo.
Fred analizaba la expresión fría y molesta de George. Lo había visto así en pocas ocasiones.
Le resultaba curioso que siempre estaba así cuando se trataba de Olympe Delacour.
George se negaba a contarle todo a su gemelo porque se sentía dolido y herido al recordar las expresiones de la rubia.
Ella demostró que sentía vergüenza de él.
Quizás era porque él no tenía una oreja. Casi siempre era rechazado por eso.
George no se lo mencionaba a nadie, pero se sentía inferior a cualquier otro chico de su edad por algo tan estúpido como una oreja.
Él pensaba que era afortunado por tener a Olympe al menos una sola vez...
Después de lo que pasó, no pudo evitar sentirse furioso y lastimado por notar que Olympe reflejaba cierto arrepentimiento de estar con él.
Era algo que le taladró la cabeza todo el fin de semana.
—Ya Fred, no quiero hablar de eso—contestó seco.
Fred bufó.
—¿De verdad verás a Vanessa?—insistió—. No seas tarado Georgie. Piensa bien las cosas.
George soltó bruscamente la pluma que tenía en su mano dejándola de un golpe en el escritorio. Fred se sobresaltó.
—Basta Fred—pidió pasando las manos por su rostro frustrado—. No quiero hablar del tema.
Fred pensó que su hermano era un idiota.
El día anterior había visto como su gemelo se mandaba cartas con Vanessa. Su ex novia.
George había sufrido mucho cuando ella lo dejó y aún así, ahora Fred observaba como su hermano recurría a la castaña para tener sexo y quitarse toda la furia y el estrés que nació desde que regresó de la casa de Olympe hace dos días.
—No te insistiré más, sólo diré que estas haciendo una estupidez—murmuró Fred resignado.
George pensó en las palabras de su hermano pero aún así, no cambiría de opinión.
Siguió con su trabajo intentando quitar de su cabeza a la rubia francesa que tanto había causado en él con tan solo una noche de pasión.
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Olympe cubría con hechizos y maquillaje las marcas en su cuello. No solamente tenía chupetones, las marcas de las manos de George seguían presentes después a de días.—Te falta un poco ahí—murmuró Prissy señalándole en su clavícula.
Olympe bufó y comenzó a maquillar más mientras invocaba también hechizos para ocultar las marcas.
—Y también ahí...—agregó Grace señalándole al otro lado de su cuello.
Olympe miró a su amiga y a su hermana con frustración. Se sentía mal, se sentía culpable por lo que pasó con George.
Pasó todo el fin de semana llorando porque no sabía como arreglar las cosas. Lo peor fue cuando cambió las sábanas de su cama dándose cuenta de que ella había sangrado durante la noche.
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Los encantos de George Weasley (Fanfic +18)
FanfictionADVERTENCIA: Obscenidad. Fanfiction +18 (Esta historia tiene contenido sexual, vulgar y violencia). Leer bajo su responsabilidad. La historia transcurre cinco años después de la Segunda Guerra Mágica. Fred sigue vivo en este universo alternativo. P...