TREINTA Y SIETE

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No es suficiente

Olympe observó los juguetes sexuales en la tienda erótica.

¿Dolerán mucho?

Había todo tipo de juguetes, disfraces, vibradores…

La rubia no pudo evitar pensar que quizás, si no tenía a George, definitivamente se compraría un vibrador para darse placer de vez en cuando.

Pero como tenía a George no hacía falta, él la complacía lo suficiente.

Tomó unas esposas entre sus manos y miró el empaque con una expresión curiosa.

¿A George le gustará jugar con este tipo de cosas? No se mostró incómodo cuando lo ató a la cama una vez…

Dejó las esposas en el pequeño canasto con las demás cosas que había seleccionado.

Le gustaba la idea de experimentar un poco con George.

Y lo mejor era que George estaba totalmente de acuerdo.

—¿Olympe?

Casi se desmaya.

La rubia giró sobre sus pies al escuchar la voz masculina a sus espaldas. El castaño elevó una ceja y miró el canasto con diferentes tipos de juguetes y cosas.

Las mejillas de Olympe enrojecieron.

—Adrian…—murmuró incómoda.

El chico sonrió.

—Es bueno verte...—dijo mirándola de arriba a abajo—. Aunque…no pensaba verte aquí.

Olympe se aclaró la garganta y comenzó a caminar hacia el mostrador de la tienda para poder pagar e irse.

Adrian no es alguien a quien Olympe deseaba ver...

Maldijo en su mente cuando escuchó los pasos del castaño siguiéndola hasta la caja.

—No pude verte en la boda...—empezó a decir—. ¿Te fuiste temprano?

Olympe suspiró y se volteó a mirarlo.

—Si, estaba cansada—contestó.

Adrian nuevamente miró el canasto de la rubia.

¿Esposas? ¿Un vibrador en forma de bola? ¿Lubricantes?

Carajo...

Olympe era tan guapa...el hecho de imaginarla sobre una cama desnuda y atada de pies y manos lo enloqueció.

¿Ella será ruda en la cama? ¿O será suave?

Su erección palpitó con sólo ver el escote de Olympe.

Su cabeza le recordó una triste y desafortunada situación…

George Weasley.

¿Cómo diablos Olympe podía salir con él? ¿Acaso estaba loca?

Ella era un ángel y George solamente un pobre idiota.

Seguramente ni siquiera sabía coger a Olympe como debería...

—Vas a tener una noche agitada al parecer...—murmuró de repente.

Olympe abrió sus ojos sorprendida y luego frunció el ceño un poco molesta.

—Eso no te importa—contestó seca.

Adrian suspiró.

Desde aquella vez que él la había presionado en la cafetería para tener sexo, ella le daba la espalda totalmente.

Los encantos de George Weasley (Fanfic +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora