Los encantos de George Weasley (Fanfic +18)

DIEZ

Desenfreno

Olympe abrió bruscamente la puerta de su apartamento sin querer despegar sus labios del pelirrojo.

Él la besaba con furia y deseo mientras apretaba el cuerpo de Olympe contra el suyo. Ella no podía evitar soltar gemidos ante el tacto de George.

—No tienes idea de como me pones cuando haces eso—gruñó George empujando a la rubia contra la mesa de la sala.

La mesa estaba llena de carpetas y papeles que Olympe había dejado durante la mañana, antes de marchar a su conferencia. George deslizó su mano por la mesa tirando todo al suelo de forma brusca.

Eso excitó más a Olympe.

Los ojos de la rubia estaban cargados de lujuria y sensualidad. No sé sentía así hace mucho tiempo.

Los besos de George bajaban por su cuello dejando marcas en él que sabía que le costaría cubrir con maquillaje luego.

Nada le podía importar menos que eso.

Olympe sentía el gran bulto de George chocar contra su núcleo causando que ella soltara jadeos y gemidos ante el roce.

George besó a Olympe subiéndola a la mesa con desesperación y urgencia. Ella envolvió sus piernas en la cintura del pelirrojo sintiendo como su falda se subía más dejando su parte inferior descubierta.

Olympe envolvió sus dedos en el suave cabello del pelirrojo comenzando a jugar con él. Le encantaba.

George la apegó más a él pasando una de sus manos por la cintura de ella y la otra envolviendo sutilmente el cuello de Olympe.

Ella sonrió mordiendo su labio completamente excitada.

—¿Estás segura que quieres esto? No te insistiré si estás dudando—preguntó él apoyando su frente contra la de la rubia.

Olympe rodó los ojos y unió sus labios nuevamente dándole un mordisco al labio inferior de George.

—Sólo fóllame George, deja de preguntar—pidió Olympe con la respiración agitada.

Él perdió el control.

George abrió bruscamente la camisa de Olympe de un sólo tirón causando que los botones de la misma salieran volando por la sala. Ella sonrió atrevida mientras que se terminaba de sacar su prenda.

Olympe aprovecho que George besaba su cuello para abrir el chaleco gris que usaba él y deslizarlo por sus brazos rápidamente con su ayuda.

Ella no pudo evitar acariciar sus brazos. Eran tan grandes.

George deslizaba suavemente sus manos por las piernas de la rubia mientras que ella abría igual de desesperada la camisa azul de él.

Más botones para coser al día siguiente…

Cuando la camisa de George estuvo completamente en el suelo se estremeció ante el tacto tan íntimo.

Piel a piel...

Él descendió sus besos por el cuello y las clavículas de Olympe mientras que ella inclinaba su cabeza hacia atrás cerrando los ojos concentrándose en en los besos húmedos.

Él era tan bueno...

Olympe no pudo evitar besar los hombros y cuello de él. Aprovechó para dejar su marca mientras acariciaba todo el pecho de George.

Él gimió apretando más su bulto contra Olympe.

Olympe sintió su piel arder ante esas caricias y esos besos que se esparcían por su cuerpo dejando en él, marcas de pasión.