Los encantos de George Weasley (Fanfic +18)

CINCUENTA Y SEIS

Viaje a Santorini II

Grecia era una maravilla…

George y Olympe lo estaban pasando increíble. Habían conocido las preciosas costas, la playa con el agua tan cristalina y los museos de Prehistoria y arqueología.

Ambos estaban fascinados.

Durante el día, su primer día en Santorini, ellos decidieron conocer los museos tomando muchas fotos en el recorrido. También habían bajado hasta la playa para disfrutar de la naturaleza y la relajación que les brindaba el agua fresca de mar.

El sol golpeaba fuerte en sus cuerpos, ellos seguramente regresarían a Londres completamente bronceados.

Santorini era un lugar magnífico. Con personas muy amables y atentas con los turistas, con todo tipo de destinos y excursiones a los que ellos, de ninguna manera, faltarían.

También habían realizado excursiones acuáticas, conocieron el volcán sumergido.

Las calles de Fira, la capital de Santorini, estaban llenas de casas blancas con puertas y ventanas azules combinando a la perfección con el mar. Sus calles son empedradas y con tiendas que ofrecen todo tipo de artesanías y recuerdos para los visitantes.

Entre ellas, joyas y telas.

Olympe, tan compulsiva con las compras, no dudó en comprar aretes, un collar y una manta al estilo griego.

El pelirrojo sólo reía al ver como su novia se emocionaba con todo y corría a gastar dinero en, probablemente, cosas innecesarias que no usaría pero que en ese momento, ella deseaba.

Y él no le impediría comprarlas, quería que ella recordara con euforia y emoción el inolvidable viaje que estaban teniendo.

—¡George! ¡George mira!—exclamó Olympe corriendo hacia un puesto de artesanías.

George persiguió a su novia cargando con las bolsas de cosas que ella había comprado y seguía comprando. Él, por su parte, se encargo de comprar recuerdos para sus familiares.

—¿Que viste ahora amor?—preguntó acercándose a ella.

Olympe usaba un sencillo y fresco vestido blanco. Bastante veraniego e ideal para encajar con el lugar.

George la observaba completamente enamorado, ella parecía verse como una diosa del Olimpo en medio de la hermosa estructura urbana de las calles de Santorini.

¿Que ironía no? Olympe era una diosa del Olimpo.

—Mira éstas tazas—le mostró con una sonrisa—. Quiero éstas de recuerdo George.

Las tazas tenían el grabadas en ellas, la clásica imágen de la Isla de Santorini. Un poco más abajo, una frase en griego se escribía en letras negras.

Frunció el ceño.

—¿Que significa?—preguntó George tomando una de las tazas y mirando con curiosidad las letras.

—No tengo idea—contestó la rubia buscando con la mirada al vendedor de la tienda.

En cuanto el hombre anciano que atendía la tienda apareció, Olympe mostro una sonrisa.

El anciano se acercó a la pareja con una expresión de sorpresa y alegría.

—Buenas tardes jóvenes—saludó hablando en inglés con leve dificultad—. ¿En qué puedo ayudarles?.

George le enseñó la taza.

—Nos interesan estas tazas pero no sabemos que significa—explicó el pelirrojo señalando la frase grabada en la vajilla—. ¿Nos podría ayudar?.