Los encantos de George Weasley (Fanfic +18)

CUARENTA Y TRES

El beneficio de la duda

George movía su pierna de manera nerviosa e inquieta mientras apretaba con fuerza la mano de Olympe.

Ambos se encontraban sentados en el sofá esperando a que todos bajaran a la sala de la casa de los Weasley, para que George les informara de la noticia.

Habían dejado pasar un tiempo antes de informarle a Molly, Arthur y los demás hermanos...

George sentía pánico.

—Amor tranquilo—le susurró Olympe al pelirrojo.

George suspiró.

—Mi madre me matará—dijo angustiado.

George y Olympe habían hablado el día anterior y ambos concordaron en que Molly tenía que saber sobre el posible hijo de George.

Y cuando Olympe hacia referencia a "posible", lo hacía porque no confiaba en Vanessa.

Pero prefería no hablar de eso. Era un tema delicado.

Ella estaba casi resignada, todo parecía indicar que ese bebé que crecía en el vientre de Vanessa, era hijo de George.

Aún así, existía la duda en la cabeza de la rubia.

Ella le había comentado a George sobre una posible prueba de paternidad pero el pelirrojo ya había sido informado al respecto, por una doctora de un hospital muggle, sobre la prueba.

Era muy difícil hacerla durante el embarazo.

Lamentablemente, el hecho de realizar la prueba de paternidad durante el embarazo podía ser peligroso y perjudicial tanto para el bebé como para Vanessa. George no quería exponer así a su posible hijo, se negaba a hacer una prueba prematura.

La única forma de comprobar la verdad sería cuando el bebé naciera.

De todas formas si era su hijo, el bebébse parecería a George en, al menos, algún aspecto.

George conversó con Olympe y llegó a la conclusión de que, como posible padre del bebé, debía cumplir su deber y le brindaba todas las comodidades habidas y por haber a Vanessa.

Olympe no opinaba al respecto, pero le molestaba la forma en que Vanessa le pedía dinero a George de una manera excedida, para sus antojos.

El caos se escuchó y Molly apareció en la entrada de la habitación con una bandeja llena de galletas recién horneadas. Detrás de ella venían Arthur y los demás Weasley.

También acompañaban Fleur con su enorme barriga de embarazada, Grace, Harry, Hermione y Prissy.

Prissy ya sabía toda la verdad.

Olympe le había contado todo cuando su hermana menor se mudo a Londres para vivir con Neville y trabajar en Hogwarts. Habían acordado no contarle nada a Lucrecia por el momento.

Su madre enloquecería.

Y Prissy estaba furiosa...

No con George, con Vanessa.

Insistía una y otra vez en que todo podía ser una farsa. Después de todo, la menor de las Delacour detestaba a la castaña y sabía sobre todo lo que había hecho para intentar alejar a George de Olympe.

—Ya estamos aquí—dijo Molly tomando asiento—. ¿De que querías hablar cariño?—le preguntó dulcemente a su hijo.

Fred y Grace ya sabían absolutamente todo y el pelirrojo se preparaba para rescatar a su gemelo en caso de que la matriarca de la casa intentara asesinarlo.