CINCUENTA Y NUEVE

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El juicio

Todo pasó muy rápido.

Olympe le había arrojado, de un segundo a otra, a Vanessa una bola de fuego. El bolso de la castaña ardía en llamas y ella lanzó el bolso soltando un grito de espanto.

George miró horrorizado y algo sorprendido a su prometida. Ella se caracterizaba por mantener la calma en momentos así, por lo general.

No podía juzgarla. Comprendía su ira y su dolor.

–¡Casi me matas! ¡Loca!–gritó espantada Vanessa corriendo a los brazos de Antoine.

Antoine sacó su varita dispuesto a defender a la castaña que llevaba su hijo en el vientre. No es que la quisiera...

De hecho, la detestaba. Un polvo de una sola vez de cuando recién llegaba a Londres para buscar a Olympe, había terminado en un embarazo y no tenía más opción.

Su esposa lo había dejado apenas lo supo. Ni le interesaba, él buscaba sexo en otras mujeres porque Juliet era "una frígida".

Al menos Vanessa le daba más diversión en ese sentido.

De todas formas, ninguna otra mujer se podía comparar con Olympe. La rubia era pura tentación, puro placer, puro deseo y, como él decía, tenia fuego.

Y vaya que tenia fuego. La había incendiado el bolso a Vanessa.

–¡Eres una hija de puta! ¡Mataste a mi hijo!–exclamó Olympe furiosa.

George notó como su prometida estaba a punto de lanzarse sobre la castaña embarazada. Su barriga era enorme.

De inmediato tomó a Olympe de los hombros obligándola a detenerse. Justo para el momento en que los guardias y algunos trabajadores del Ministerio, salian a ver el desastre.

A George le hervía la sangre al oír la risa de Vanessa.

–¡Mataré cada bastardo que trates de engendrar!–amenazó entre risas–. ¡Ustedes no tendrán hijos nunca!.

–¡Santo dios, estás enferma!–chilló Grace apareciendo.

La morena corrió hacia su mejor amiga y el gemelo de su novio, para luego posicionarse junto a ellos. Los aurores se acercaron más dispuestos a resolver el problema.

En cuanto un grupo de ellos comenzaron a hablar con Vanessa por las amenazas de muerte que había hecho, ella comenzó a chillar aun más mientras Antoine intentaba tranquilizarla totalmente furioso.

La furia de George se calmó un poco cuando un rostro conocido y con un gran reconocimiento, apareció frente a ellos a tan sólo unos metros.

–¡George! ¡Olympe!–el azabache se acercó–. ¿Qué demonios ocurrió?.

Olympe seguía molesta. Sus mejillas rojas y leves garras creciendo entre sus manos revelaban que ella se estaba transformando.

George agradecía enormemente que Vanessa dejara de intentar provocar a Olympe porque eso no saldría bien. La rubia atacaría a la castaña y podría lastimarla.

No le importaba Vanessa. Simplemente se preocupaba por Olympe.

—Harry haz que se lleven a Vanessa-pidió George en una súplica–. Se ha burlado de la muerte de nuestro bebé y nos ha amenazado–explicó–. Por favor, llevatela antes que la mate.

Olympe miró a Georges con angustia. Harry simplemente asintió con la cabeza para luego correr hasta donde se encontraban la castaña, el rubio y un par de aurores amigos de Harry.

Los encantos de George Weasley (Fanfic +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora