CINCUENTA Y CINCO

25.9K 1.5K 1.7K
                                    

Viaje a Santorini

Olympe y George subieron al avión que se encontraba a punto de despegar. La primera se veía muy muy entusiasmada de haberse subido a un avión después de tanto tiempo.

George, por su parte. Estaba pálido.

—Creo que fue mala idea lo del avión, ya no me gusta—soltó el pelirrojo completamente horrorizado.

Olympe miró a encontrando a su novio completamente descompuesto y, al parecer, a punto de desmayarse. Abrió su bolso buscando un chocolate.

—Tranquilo amor, llegaremos rápido—intentó calmarlo la rubia—. Toma—le entregó el chocolate.

George tomó con su mano un poco temblorosa el chocolate sin dudar ni un segundo en abrirlo. En cuanto lo abrió, él le ofreció un trozo a su novia quien aceptó gustosa.

—Se siente muy raro, siento que podría romperse en cualquier momento—dijo George inhalando aire.

Pobre...

Su respiración era un poco agitada y Olympe no podía evitar reírse de la forma en que George reaccionaba. Hasta hace media hora atrás, mientras se encontraban chequeando el equipaje, el pelirrojo se veía completamente emocionado.

Ahora tenía pánico.

—No se romperá—le afirmó la rubia—. Y si lo hace podemos usar magia—le recordó.

George asintió con la cabeza llevándose un trozo de chocolate a la boca. En ese instante, una azafata pasó junto a ellos deténiendose a ver a la pareja.

Olympe, por su parte, se encontraba distraída abrochándose torpemente el cinturón sin darse cuenta de que la azafata se había detenido a ver al apuesto pelirrojo junto a la rubia.

—Buenas noches joven—saludó la muchacha—. ¿Desea algo de beber?.

—Un poco de agua, por favor—contestó George amablemente.

Olympe elevó la mirada al escuchar a su novio hablar con la desconocida. Al ver a la azafata se percató de la descarada mirada de la joven morena sobre su novio.

Ella sonrió ampliamente mirando a George.

—¿Que pasa amor? ¿Te sientes muy mal?—le preguntó al pelirrojo sin dejar de sonreír.

La azafata miró a Olympe con un poco de molestia. La rubia sólo podía pensar en que se estaba haciendo la estúpida.

Hace rato había visto a la azafata mirar a George cuando subieron al avión...

Ella, como mujer, reconocía esa mirada atrevida y poco disimulada sobre su novio.

George observó a ambas mujeres y elevó una ceja aguantando una carcajada al ver a Olympe celosa.

No había nada que disfrutara más que ver a la rubia con las mejillas sonrojadas y la seriedad en su rostro junto a una sonrisa falsa hacia la azafata.

Amaba que Olympe no fuera escandalosa, ella simplemente hacia las cosas de forma serena y lo más madura posible. Cuando ella estaba celosa, intentaba mostrarse poco alterada pero sin dejar de reclamar su lugar.

—Estoy bien cielo, gracias—le dijo él a su novia dulcemente tomando la mano de ella y entrelazando sus dedos.

Olympe simplemente le sonrió enamorada a su novio y aceptó amablemente el vaso de agua que la azafata le entregó para que se lo diera a George.

George tomó el vaso de las manos de su novia y sin decir más bebió el agua intentando calmarse. Apenas la azafata se fue, Olympe lo miró con una sonrisa satisfactoria.

Los encantos de George Weasley (Fanfic +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora