CINCUENTA Y UNO

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En cámara lenta

Todo parecía pasar en cámara lenta...

Grace y Fred abrieron las puertas de Urgencias en el Hospital San Mungo mientras George cargaba el cuerpo inconsciente de su novia.

En cuanto ellos entraron al Hospital, una ola de médicos y sanadores aparecieron.

George aún seguía en conmoción.

¿Salvar al bebé?

Apenas podía procesar lo que estaba pasando. Si es que realmente lo procesaba...

Su corazón latía con fuerza y el nerviosismo se extendió por todo su cuerpo apoderándose de él el sentimiento de angustia, preocupación y miedo.

Reaccionó cuando una sanadora le habló.

—¿Que le pasó?—preguntó la mujer haciendo levitar el cuerpo de Olympe hasta una camilla.

Su cuerpo estaba todo ensangrentado.

—Yo…—balbuceó—. Cayó por unas escaleras y se golpeó—explicó aún consternado.

Grace bufó y se colocó junto a él.

—Está embarazada—soltó la morena—. Casi diez semanas de embarazo.

Una mujer apareció detrás de la otra sanadora y abrió sus ojos horrorizada al ver a Olympe sobre la camilla.

—¡Yo la conozco!—exclamó la mujer—. ¡Ella ha venido hace unas horas!.

George frunció el ceño y dió un paso hacia atrás tratando de asimilar todo.

Fred, por otro lado, se colocó a su lado abrazándolo por los hombros y susurrándole que todo estaría bien.

George apenas podía oírlo.

Olympe estaba embarazada...

Y no se lo dijo.

Su cabeza comenzó a unir todos los cabos sueltos. El hecho de que Olympe supiera lo de Vanessa...

Que ella hubiera venido al hospital y precisamente, al área de maternidad…

Que no quisiera tener sexo…

Que se negara a hablar y sólo pidiera perdón como si hubiera hecho algo malo.

Ahí estaba la respuesta de todo. Ella estaba embarazada y ese bebé era su hijo.

—¿Quien es el padre del bebé?—preguntó una de las sanadoras comenzando a limpiar con un hechizo la sangre que tenía Olympe entre sus piernas.

Grace y Fred miraron a George.

—Yo—habló George con la voz rota—. Es mi novia...

Las dos sanadoras miraron a George con angustia y asintieron con la cabeza para continuar su trabajo.

—Necesitamos que salgan a la sala de espera, por favor—pidió amablemente la mujer.

Grace asintió con la cabeza y le dió una mirada a Fred para que acompañara a su hermano. George apenas podía moverse.

—Georgie vamos, todo irá bien—le susurró Fred a su gemelo.

George no dijo nada más y asintió con la cabeza comenzando a caminar, aún en shock, hasta la salida.

Antes de salir, se detuvo de golpe en el marco de la puerta y giró a ver a las dos sanadoras que ya estaban comenzando a hacer su trabajo.

Una de ellas se percató de que el pelirrojo aún no quería salir de ahí.

Los encantos de George Weasley (Fanfic +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora