Los encantos de George Weasley (Fanfic +18)

DIECIOCHO

Paquete desconocido

—¡George vuelve aquí! ¡Dame eso!.

—¡Ven aquí si las quieres!

Olympe corría por todo el apartamento persiguiendo con su varita al pelirrojo quien reía a los gritos por ver la reacción de Olympe.

George había tomado las bragas de Olympe y se negaba a entregárselas. Ella intentaba quitárselas con y sin magia pero él también se defendía con magia frustrando así a la rubia.

—¡George iré tarde al trabajo!—insistió la rubia intentando quitarle su ropa interior.

—No llegarás tarde—se rió divertido—. Aún es temprano todavía.

—¡Pero sabes que me gusta llegar temprano!—chilló Olympe.

George corrió hasta la habitación y se escondió detrás de la puerta. Olympe entró a buscarlo unos segundos después.

La rubia frunció el ceño al no ver al pelirrojo en la habitación. Su apartamento no era muy grande y era extraño que George no estuviera ahí.

Lo vio entrar a la habitación hace tan sólo segundos.

Olympe bufó dispuesta a buscar otras bragas limpias de su cajón mientras soltaba maldiciones. Ella quería usar esas bragas porque no se marcaban con la ropa.

Se sobresaltó cuando sintió las grandes y fuertes manos de George sobre su cintura con las bragas entre sus dedos.

—Tus bragas son muy lindas Oly...—le susurró al oído dejando un beso en su mejilla.

Olympe sintió sus mejillas rojas y una fuerte ola de calor inundar la habitación al igual que también, su cuerpo.

Siempre que George se aparecía detrás de ella y le susurraba cosas al oíd, Olympe sentía como se mojaba.

George sabía perfectamente el efecto que causaba en Olympe y aún así buscaba seducirla a toda costa.

La rubia le quitó las bragas a George y se giró sobre sus pies para quedar cara a cara con él.

—¿Te gustan?—le preguntó con una sonrisa pícara en su rostro.

—Mucho—contestó George.

Ella amplió su sonrisa.

—¿Y que más te gusta?—ella comenzó a deslizar una mano por el pecho de George y la otra por los cabellos pelirrojos del chico.

George se tensó.

_¿De verdad quieres que lo diga?—pegó su frente contra la de ella.

Las respiraciones de ambos se mezclaban ante la cercanía. George se volvía loco cada vez que Olympe usaba un tono de voz dulce e inocente para intentar seducirlo.

—Dilo—lo animó.

George sonrió y apretó a la rubia contra su cuerpo mientras ella envolvía sus brazos por el cuello de él.

—Tú.

Olympe no contuvo más sus ganas y unió sus labios con los de George en un beso suave y melodioso.

Sus lenguas de movían a un ritmo tranquilo pero apasionante. Pocas veces se besaban asi, casi siempre era con desesperación y lujuria.

Cuando ambos se separaron, George besó la mejilla de la rubia de forma cariñosa.

—Ve a cambiarte bonita, ya es tarde—le dijo con una sonrisa.

Olympe movió sus ojos hasta el reloj en la mesita de noche y abrió sus ojos empujando a George de un sólo golpe.