Los encantos de George Weasley (Fanfic +18)

CUARENTA Y SEIS

Boda y pasteles

La boda era todo un éxito.

Hermione y Ron se habían casado.

Había sido demasiado emotivo por ambos lados ya que él no pudo evitar emocionarse al ver a la castaña lucir su hermoso vestido de novia.

Ella parecía un ángel.

Casi todos los invitados suspiraron al ver a Hermione lucir tan preciosa.

Aunque ella ya era preciosa por si sola, su radiante sonrisa era incomparable. Ella lucía tan brillante y alegre.

La ceremonia nupcial fue lo más hermoso de todo. Sobre todo porque fueron puras risas y chistes por parte de la familia Weasley al ver al menor de los hermanos varones casarse.

¿Quien diría que Ron se casaría?

Por otro lado, Lucrecia Delacour había hecho presencia en la boda y mantuvo una divertida conversación con George.

Era una de las pocas veces en las que el pelirrojo no se veía nervioso o incómodo ante la presencia de la mujer mayor de las Delacour.

Era comprensible, Lucrecia solía ser intimidante y algo irritadora.

Así fue que las horas pasaron y la boda se hacía cada vez más entretenida. Todos se encontraban cenando en sus mesas mientras conversaban, bebían y reían al reencontrarse en el evento con familiares, amigos, viejos compañeros de la escuela, etc.

En la mesa repleta de pelirrojos con sus respectivas parejas, se encontraba George ignorando completamente la conversación entre los presentes mientras le insistía a su terca novia que lo escuchara.

Su preocupación no era poca.

—De verdad amor, estoy bien—le dijo Olympe a su novio soltando un suspiro cansado—. No me siento mal.

George bufó.

—Vomitar no es normal Olympe, debemos ir al hospital—le pidió por quinta vez en lo que llevaba de la última hora.

Ella gruñó irritada.

—Ya te dije que no quiero ir George, estamos en la boda de tu hermano y Hermione—le recordó, un poco molesta—. No iré.

George rodó los ojos.

¡Que mujer tan terca!

Se encontraba a punto de replicarle a Olympe para volver a insistirle en que quizás, debería hacer reposo. Podría volver a pasar que vomitara pero justo cuando iba a hablar, Grace se adelantó.

—¡Ustedes dos!—les llamó la atención la morena—. Dejen de pelear.

Olympe y George se miraron y ambos rodaron los ojos.

—No estamos peleando—respondieron al unísono con la frustración reflejada en sus voces.

Todos los presentes en la mesa fijaron su mirada en la pareja.

La mesa estaba organizada con los hermanos Weasley, Harry, Neville y las chicas.

Era casi la misma organización que la última vez en la boda de Ginny y Harry. Solía ser más cómodo estar todos juntos.

—¿Por qué siempre pelean en las bodas?—preguntó Charlie de repente mirando a la pareja.

Fred y Grace no soportaron la carcajada que estaban conteniendo al oír la pregunta un poco extraña de Charlie.

—No estamos peleando—dijo Olympe soltando un suspiro y tomó la mano de su novio—. Es que él insiste en que debo volver a casa—explicó.

Fleur frunció el ceño.