Capitulo 6: Los Carroñeros

21 7 1
                                    

H

Podría jurar que al sonar una vez más el celular, solo escucharía la voz de Erick para contarme una noticia peor a la anterior, o para darme un nuevo sustillo. Nada me da mayor sorpresa que ver un buzón de voz y tres llamadas perdidas del móvil de Johana a primera hora de la mañana, me hacen suponer que algo anda mal. Su voz alterada y sus palabras directas al punto << como de costumbre>>, hacen que de inmediato mi mente se impacte con una noticia, que no creí, llegaría a tal escala. <<Mamá murió>> El resto del mensaje no importaba, pues la voz rota de una mujer, que durante tanto mostró indiferencia hacia su propia madre, era suficiente para no darle tanto valor al resto.

Sin pensarlo tanto, de inmediato, voy hasta el encuentro con mis amigos. Entro en consideración que no me dí el tiempo de platicar lo ocurrido y poner al día a mi tía, pero ello podía esperar.

Al aparcar el vehículo, coches de diversas funerarias, que seguro aguardan por la salida de alguien para quien el día de hoy podría ser el peor de su vida, me dejan con pocos lugares para estacionarme. << ¡Malditos buitres!>>  ¿Pero podía culparlos? Después de todo esa era su profesión, un lucro con la mayor despedida a la que uno jamás podrá estar preparado para afrontar.

El trayecto hasta Johana, Erick y Cristina, se ve fastidiado por propagandas en descuento de ataúdes y velorios, pero finalmente ese camino carroñero llega a su fin.

Al llegar, dudo de que hacer en esos momentos dónde no hay palabras ni gestos que alivien el dolor de tal perdida. Miro a Erick como esperando una respuesta de que debía hacer a continuacion, automáticamente toco su brazo y Erick sin cuestionar, sin palabras se lanza a mi hombro, sus lágrimas emergen acompañados de un llanto y palabras que no sabria descifrar y sin saber si de algo habría de servir, correspondo a aquel dolido abrazo. Johana solo veía aquella escena con lágrimas que no dejaban de recorrerle el rostro e igual que su hermano, un abrazo sin alivio recibe de mi parte.

De inmediato Erick se reincorpora con Cristina y las palabras en el momento quedaban de sobra.
Siempre creí que preguntar por el "cómo" de una muerte era absurdo, pero un sentir de morbo me hace querer saber lo ocurrido, cosa de la que aun así me abstengo de preguntar, pues ya tendría oportunidad de preguntar.

A los alrededores más personas, con la peor noticia que se puede recibir una mañana, aguardaban a ser llamadas por una autoridad para reclamar un respectivo cuerpo <<cinco familias y por cada una, su mala noticia>>.

-Johana Lizbeth Morales Galván- Un hombre de uniforme la hace llamar.

<< ¿Cuánto sin escuchar su nombre completo?>> me pregunto solo para considerar lo extraño que fue escucharlo. Sin duda quería mantener mi mente en otros asuntos, pero los duros asientos de plástico y las paredes blancas  en el edificio de los médicos forenses me lo impiden. - ¿Qué fue lo que pasó? - finalmente decido buscar calmar mis ansias. Cristina arquea los hombros y Erick sólo me mira con un rostro de saber poco. -lo lamento- insisto al instante por lo osado de mis palabras.

-Mi hermana me llamó hace un par de horas...-la voz sollozante de Erick se toma una leve pausa, quizá buscando cambiar ese tono por uno más fuerte. -para decirme lo que obviamente ya sabes.

-Pero, ¿cómo sucedió? No lo entiendo, la visitamos hace poco. - Insisto.
De inmediato toda posible charla entre los tres cesa y los quejidos, los leves llantos y el murmurar de los presentes aparentan subir su volumen.

-Iré por unas galletas, cariño, muero de hambre...- nuestro silencio termina con la voz de Cristi - ¿Me acompañan?

-Vayan ustedes- Espeta Erick-debo estar aquí para cuando me llamen y salga mi hermana.

Virtanen: Sangre de SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora