Epílogo

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HÉCTOR

Mis ojos se abrieron con la poca luz que se colaba entre las cortinas de mi habitación. La frente y mi pecho sudaban, tenía la respiración acelerada. Me giré y tomé el celular del buró a lado de la cama: eran las siete de la mañana. Había despertado luego de tener un mal sueño que no recordaba con total claridad; aun así, gracias a la alarma del móvil y a la canción "hellfire" de "Barns Courtney", pude salir de esa pesadilla.

–¿Estás bien, cariño? –me dijo Elena, mi tía, al otro lado de la puerta. Le contesté que sí y me quedé en silencio, tratando de recordar el sueño que tuve –. No olvides que tenemos que llegar al despacho temprano. Vístete y baja a desayunar.

Me había bañado en la madrugada, pues apenas llevaba cuatro horas de sueño ininterrumpido; así que solo cambié mi bóxer, me puse un pantalón de mezclilla y encendí la televisión en un canal de noticias. Mientras subía el volumen del televisor, vi sobre la mesa una de mis tres cámaras de video; pensé entonces en lo mucho que deseaba encontrar amigos con quienes poder hacer exploración urbana, pero hasta ahora no había encontrado a nadie igual de loco que yo.

Abrí la llave del lavamanos y el sonido del agua cayendo sobre la blanca porcelana se mezcló con el de un par de reporteros matutinos, quienes cubrían una noticia de alcance internacional: el incendio de un bosque en el Norte de Finlandia. Según la nota, toda el área había sido devastada por un incendio ocasionado por la prueba fallida de un nuevo y confidencial armamento del ejercito finlandés.

Tomé la toalla, me sequé la cara y volví a la cama, me senté en la orilla para ver el televisor.

La mujer, protagonista del reportaje, afirmó que las únicas pérdidas fueron de flora y fauna, sin ningún civil herido, ya que los campistas habían sido evacuados con éxito y las únicas fatalidades humanas habían sido de las fuerzas armadas. También habló de un pequeño pueblo y de una diminuta comunidad campesina que, gracias al pronto actuar del ejército, lograron salir ilesos.

<<Fue eso lo que soñaste>>, pensé esbozando una media sonrisa. El fuego, el pueblo y su gente es lo que mi subconsciente proyectó durante la noche. Pero la nota televisada era incompleta, pues no hablaba de los valkoiset o los ritos con los que yo casi a diario soñaba.

Me acerqué al espejo del tocador sin quitar esa mueca burlona de mi cara. Ya el hoyuelo de mi mejilla no estaba; había sido remplazado por una cicatriz que me abarcaba casi todo el cachete. Destapé la crema facial y la unté por mi rostro, <<solo era crema humectante, ya no se podía hacer mucho por mi piel lacerada>>; además, tampoco quería quitarme esas marcas pues me recordaban la realidad de lo sucedido en BarnowlTown.

–Al final lo consiguieron –dije riendo.

Nuestra historia: lo que Johana, Erick, Cristina, Zebb, Ryder, Rebecca y yo tuvimos que enfrentar; todo lo estaban enterrando bajo las cenizas de un incendio que yo inicié. Tantos meses y la noticia seguía dando de que hablar.

Antes de tener que dejar mis raíces y abandonar a quien alguna vez fui, pude publicar en nuestra página de internet algunas de las grabaciones que logré rescatar de ese viaje. Ningún video de nuestras viejas exploraciones consiguió mayor número de visitas que ese y eso era algo de lo que Erick estaría orgulloso.

Mi sonrisa se desvaneció al recordarlo, al pensar en cómo todos esos videos fueron tachados como una película independiente y amarillista que manipulaba la verdad sobre lo que en realidad ocurrió en ese lugar. Al final, la desaparición del equipo que conformaban el programa de: "La verdad tras el espejo", quedó como mero contenido en canales y foros llenos de fanáticos por las conspiraciones de la élite. Era irónico que esos sujetos conocieran mejor la verdad, que aquellos que solo veían a un par de reporteros bien vestidos en un noticiero de prestigio.

Virtanen: Sangre de SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora