Capitulo 13: A Puerta Cerrada

27 6 4
                                    

C

La familia de mi mejor amiga y de mi novio millonarios, hacendarios y hasta brujos.

- ¿Me escuchaste?

-No, lo siento...-<< ¿Cómo puedo prestarte atención, si me perdía en sus ojos?>> - ¿Qué me decías, Héctor?

-Olvídalo, Cristina, era otro de esos datos nerd que suelo decir.

-Me gustan esos datos curiosos que pláticas. -Le contesté tan sonriente como siempre.

<<Pero que mentirosa eres, si lo único que quieres es el momento para poder besarlo y callarle su boca de sabiondo a besos>>. Erick, para desgracia mía, me había escuchado, pero algo en mí ya no podía soportarlo, quería que ya llegara ese momento en que las cosas quedaran en claro.

- ¿Por qué te sentaste allá atrás?, pásate con nosotros

Las palabras de Héctor se dirigían a Johana, quien se había hecho un lugar hasta el fondo de la camioneta.

-Tranquilo, aquí estoy bien. -Le contestó, sin apartar sus ojos miel del bolso.

- ¿Estás segura?

Su insistencia por ella me estaba matando, pero mis manos estaban atadas y mis labios igual. <<Es la misma chica, ¿por qué ahora te atrae tanto?>> Quizá solo estaba exagerando. << ¿Debería de preocuparme?>> Ya pensándolo, desde que lo conozco siempre fui su amor platónico, su "crush". << ¿Por qué entonces lo duda tanto? ¿De verdad es por Erick?>> Después de todo era su mejor amigo.

Estaba decidida a ya no esperarlo, no le quitaría más el tiempo a Erick, y estaba cansada de tanto esconderme, pero aún así Héctor merecía un ultimátum.

-Entonces, ¿Ahora nos dirigimos a casa de tu mami? - Le pregunté a Noah, para así apartarme de tantos pensamientos.

- ¡Así es!

- ¿Pues cuánto te pagaron éste par? - Insistí.

Con la respuesta de Noah, me es imposible no preguntar, después de todo, nadie lleva a un grupo de desconocidos a entrevistar a su madre en el primer día de excursión.

-Espero una bonificación extra por esto, pues no iba en mi contrato.

<<Es momento de reír>> y, así como lo pienso, lo hago, lo que finalmente distrae a Héctor de Johana. << ¡Yo uno, tú cero, amiguita!>>

- ¿Y cómo es tu mami?

Si había algo de lo que vanagloriarme, era en mi facilidad para sacar conversación.

-Una señora agradable. Ya es algo mayor.

<< ¿Una viejecita? Algo no coincidía>> - ¿Qué edad tiene? - tal vez era mi tono de voz, pero de que podía sacar la verdad, podía hacerlo con facilidad.

-Tiene setenta y ocho años.

<<Si, esos son muchos, años.>> Pero con esa edad, tendría que haberlo concebido después de los cuarenta.

-Que raro...-Agregué.

Héctor me mira, seguramente por la falta de temor para dar mi opinión sin reservas.

- ¿Entonces los dueños de la Hacienda eran brujos o algo así? - Le cuestioné en un intento por cambiar de tema.

-Ni idea...

- ¿No te causa pánico eso, Héctor? - Agregué, dándole un suave empujón.

<<Después de todo, es la familia de tu mejor amigo y de mí novio>>, pensé. No me sentía cómoda de ser la más supersticiosa del grupo, porqué todos estos temas siempre terminaban poniéndome la piel de gallina.

Virtanen: Sangre de SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora