Capitulo 9: Vuelo 307 Finlandia

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-Cariño, ya despierta.

La voz de Elena termina con lo que pudo haber sido un gran sueño, de no ser por lo mal que estaba mi memoria para recordar esas cosas. Las paredes dejaban un aroma a pintura, pues toda la tarde anterior habíamos estado pintando las recamaras

–Ya estoy despierto, tía.- Pero la verdad es que seguía bastante adormilado.

Al mirar el despertador a lado de mi cama doy un salto al ver lo tarde que se ha hecho.- ¿Por qué no me despertaste antes?-le grito mientras a las carreras preparo todo para darme una ducha.

-No me lo pediste, bebé.

Ya en la regadera, el agua que salía se encontraba bastante fría pero no me ha quedado de otra más que soportarlo. Mientras enjabono mi cuerpo busco recordar si la alarma ha sonado o no, para caer en consideración de que, si lo ha hecho, pero en mi estupidez decidí apagarlo con tal de tener "cinco minutitos más". De algo estaba seguro: desvelarme charlando con la hermana de mi mejor amigo, no era una buena decisión cuando debes llegar temprano al aeropuerto, aunque no podía negar que había sido un rato bastante agradable.

Bañado, vestido y luego de mi larga rutina para después de ducharme, comienzo a acomodar el equipaje que faltaba, asegurándome de llevar el peso que se había acordado. Aunque no me hace sentir tan maduro, Elena decide ayudarme con esa tarea, pero a diferencia mía, no muestra mucho contento con la idea. - ¿Qué ocurre? - le pregunto, sabiendo bien que su disgusto era por lo rápido en que se hicieron las cosas.

- ¿Recuérdame una vez más por que debo dejarte ir tan lejos con tus amigos? Una cosa es andar de lugar en lugar por algún estado cercano, ¿pero otro país? Dime porque te he dejado ir. Me agarraste borracha, ¿verdad?

-Estabas en tus cinco sentidos. Tía, esto es importante para ellos; luego de todo lo que les ha tocado vivir, esto les puede ayudar mucho a enfrentar su duelo- Y es que, desde aquel febrero de carroñeros, un mes no me parecía suficiente para que una persona pudiera superar la cruz de una partida.

-Supongo que luego de éste viaje, el Caribe te parecerá poca cosa.

-Me estás jodiendo, ¿cierto? - mi tono claramente buscaba ser agradable- Estamos hablando de un clima helado, contra un abrazador calor de playa-aunque Elena me sonríe buscando en aquellas palabras un poco de medicina, estas parecen pocas-Además, mis amigos podrán ser geniales, pero nada podría superar ir con mi persona favorita de vacaciones.

- ¿Y ellos cómo siguen? Sé que el dinero no lo es todo y que no sustituye una perdida, pero suele ayudar bastante.

-La verdad es que no lo han usado mucho que digamos, lo usaron para escaparse un poco de todo lo sucedido, pero de ahí en más son pequeñas las cantidades que han gastado.

-Al menos viajaran en primera clase. ¡Te prometo que también te llevaré en primera clase! -su ánimo ya comenzaba a cambiar-Igual serán solo unos días lo que pasen allá, ¿verdad? Porque no pienso darte permiso para que quieras quedarte. - Con esas palabras, ella misma se medicaba con ese consuelo.

-Tranquila, en cinco días me tendrás dándote lata de nuevo.

- ¡Más te vale! -me abraza. Sus treinta y tres años de edad, que competían contra los veintitrés míos no hacían diferencia, me costaba saber si hablaba con alguien que, cuando mis padres murieron, se volvió mi segunda madre; o si estaba charlando con ella como si fuese mi hermana. - ¿Ya tiene todo? ¿Ya tienes tu pasaporte y todo?

- ¡Así es!

Juntos subimos el equipaje y la ropa de abrigo extra que me he tenido que comprar, no estaba seguro si soportaría el clima, porque, aunque solían haber inviernos muy crudos aquí, no podía compararse a un frio como el de Finlandia.

Virtanen: Sangre de SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora