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-Parece que ya está más tranquila. -Dijo Cristina, poniéndose de pie.
-Déjenla dormir por el momento. ¿Gustan un té o un café? Aunque os advierto que el café puede no gustarles. - Agregó Zebb.
-No seas tonta, solo es café y yo si quiero. - Le Exclamó.
-Pero, tía...-Replicó.
Cristina, con una sonrisa en el rostro le colocó el dedo índice en los labios para hacerla callar al instante y Zebb tan solo denotó una mueca de sorpresa, pero no de desagrado. Esa cualidad que tenía Cristin de actuar sin fastidiar incluso a completos desconocidos. <<Excepto a Noah>>, pensé.
-Bueno, amigo, ¿crees que puedas decirnos que demonios les pasó? -Me inquirió Erick.
- ¡Eso deberías decírmelo tú! -Espeté molesto.
Los dos ya estaban sentados y prestándome total atención, menos Cristina, quién se veía más enfocada por prepararse su bebida que a escucharme.
-La verdad no estoy muy seguro...-Añadí, sabiendo que le debíamos una respuesta a Zebb. -Luego de que se fueron, entré a la recámara, Johana ya estaba dormida y la portátil no tenía mucha carga. Me fui al patio a escuchar un poco de música y para cuando volví, tu hermana ya no estaba. - Sus ojos me decían que tenía que continuar, no hacía falta esperar un interrogatorio para saberlo- La busqué por varias partes de la posada, pero no apareció. Tomé la mochila en la que guardo ropa y salí a buscarla.
-Espera, espera, espera...- Interrumpe Cristina- ¿Cómo sabías que debías llevar ropa extra?
-Porque sobre el perchero estaban todas las chamarras y sudaderas de Johana, pero jamás creí que se habría ido en shorts.
- ¿Estás diciendo qué mi hermana salió sin abrigarse?
-Exactamente...
La expresión extrañada de Cristina y la sorpresa de Zebb en su rostro, las dos parecían desconcentradas; Erick, por el contrario, parecía estar más preocupado por las circunstancias y nada impactado.
-Pero, ¿dónde la encontraste? -insistió mi amigo.
-La encontré...- Me tomé una pausa para meditar en lo poco creíble que sería mi respuesta y proseguí. - Estaba en el borde del río.
- ¡Pero debió congelarse! -Me interrumpe Cristina, quién luego de eso, comienza a revisar el pulso cardíaco de Johana y su temperatura. - Parece que está bien, pero ¿cómo llegó hasta allá sin morirse frío? Yo no puedo salir ni al baño sin ponerme tres prendas al menos.
-No lo sé, Cristina, pero lo hizo y cómo te diste cuenta, no tiene síntomas de hipotermia.
- ¿Cómo diste con ella? Pudo haber ido a cualquier parte. - Me insiste Erick.
-Le pregunté a algunas personas con las que me crucé-Respondí, entre algunos sorbos al magnífico té. -Me dijeron para donde la vieron irse. Creí haberla visto a la distancia y por suerte, si era ella.
- ¿Por qué mi hermana venía tan golpeada? ¿Es que se arrojó al río o qué? -Exclamó exaltado, más podía entender su comportamiento. - ¿Se arrojó, Héctor? - Insistió.
-No, bueno... ¡No! Corrí para alcanzarla y cuando vi que estaba a punto de saltar, grité con todas mis fuerzas su nombre y ella se detuvo, pero cuando se volteó para verme, resbaló.
-Es cierto, de haber saltado del puente, seguramente no la habría librado así de bien- Agregó Zebb.
<< ¿Por qué tanto interés, mujer?>>, me pregunté. La actitud de Zebb parecía más centrada en conocer a detalle lo que estaba sucediendo. <<Quizá solo es paranoia>>, me insistí tratando de creer que su interés era solo por la manera en que sucedió el incidente.
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Virtanen: Sangre de Serpiente
TerrorPara cumplir una última voluntad testamentaria, un grupo de amigos se deciden a viajar a un rustico pueblo ubicado en el Norte de Finlandia. Además de enfrentar el frio del lugar, deberán afrontar que son presos de una oscura historia familiar y enc...