Disclaimer: BNHA y sus personajes, no me pertenecen.
Summary: Bakugo Katsuki iba en contra de los intereses de su familia y nunca estuvo verdaderamente interesado en heredar la empresa de su abuela, él hacia su vida a su modo. Pero cuando su cuenta es congelada y su departamento alquilado, necesitará la ayuda de la nueva inquilina para jugar fuego contra fuego contra su familia... Claro, si sobrevivía al infierno que implicaba convivir con él.
Aclaratoria: Ésta es una obra propia y todos los derechos son reservados.
En la noche del veintiseis de diciembre, los dorados orbes de Toga Himiko se abrieron despacio y con dificultad, convirtiéndose en un trabajo impensable el poder ver con claridad el techo blanco que la cubría. De a poco, el sonido y los olores que la envolvían la hicieron ser más consciente de que ella estaba viva y recostada en una camilla de hospital. El aroma desagradable a desinfectante la hizo fruncir su nariz y reacomodarse en la camilla en donde se encontraba acostada pero el sencillo movimiento, la hizo paralizarse al sentir cómo un lacerante dolor atravesó su estómago.
―No deberías de moverte de ese modo ―escuchó Toga y buscó la fuente de la dulce voz. Sus orbes se mostraron sorprendidos al hallar la figura de Yaoyorozu sentada frente a ella con prendas menos formales que sus acostumbrados conjuntos elegantes y un libro en sus manos. La azabache sonrió al percibir la sorpresa de la mujer―. ¿Cómo te sientes?
―Como si me hubiesen apuñalado en una estación policial ―respondió con sequedad y una sonrisa sarcástica en los labios. Momo negó sonriendo un poco con sus palabras. Toga la miró nuevamente―. ¿Qué haces aquí?
―Vine a pasar la noche contigo. ―Las palabras de Momo salieron dulcemente de sus labios, enseñando un poco de color en sus mejillas pero en su rostro podía leerse cierta inquietud―. Cuando me habías llamado ayer para disculparte... ¿Sabías que ésto pasaría? ―Himiko no era tonta, sabía a qué se refería la mujer al decir "ésto".
"Ésto" de recibir una llamada a primera hora en navidad con una disculpa y una despedida. "Ésto" de recibir la noticia de que a su amiga la habían tratado de matar. "Ésto" de haber llegado al hospital y haber rogado por saber el estado de la mujer.
"Ésto" de estar a su lado en esos momentos hasta verla despertar.
Himiko apartó la vista de Momo tratando de acomodarse mejor pero el dolor no desaparecía. La mujer que la visitaba se puso de pie, dejó el libro en su asiento y acudió con manos abiertas al cuerpo de Toga para ayudarla a acomodarse en su camilla. Himiko cerró los ojos al sentir el tacto de Momo, hundiéndose en el aroma que ésta desprendía. Macadamia, pensó Himiko para sí.
―¿Quieres tomar algo? Puedo pedir más agua a la enfermera y que vengan a verte ―dijo Momo pero antes de poder alejarse lo suficiente, Himiko tocó con su láguida mano la ajena―. ¿Toga?
―No tenías que venir ―susurró la rubia con pena―, pero gracias por hacerlo.
Yaoyorozu negó en silencio, se sentó en la camilla de la mujer y tomando su rostro entre sus manos, la miró un momento sin decir nada. Toga apenas tenía color en sus mejillas, la sangre seguía suministrándose a través de una sonda que ingresaba a ella, pero de haber sido distinta la situación, de no haber tenido tanta pérdida de sangre, estaba segura que tener a Momo tan cerca la hubiese hecho sonrojar.
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Cómo pactar con el diablo (y no morir en el intento)
RomantikBakugo Katsuki iba en contra de los intereses de su familia y nunca estuvo verdaderamente interesado en heredar la empresa de su abuela, él hacia su vida a su modo. Pero cuando su cuenta es congelada y su departamento alquilado, necesitará la ayuda...