Disclaimer: BNHA y sus personajes, no me pertenecen.
Summary: Bakugo Katsuki iba en contra de los intereses de su familia y nunca estuvo verdaderamente interesado en heredar la empresa de su abuela, él hacia su vida a su modo. Pero cuando su cuenta es congelada y su departamento alquilado, necesitará la ayuda de la nueva inquilina para jugar fuego contra fuego contra su propia familia... Claro, si sobrevivía al infierno que implicaba convivir con él.
Aclaratoria: Ésta es una obra propia y todos los derechos son reservados.
Dicen que las primeras impresiones lo son todo cuando buscas agradar a alguien, cuando vas a una entrevista de trabajo, cuando te presentes ante un grupo de personas. Es la carta de presentación que habla por ti frente a los demás, así que uno debe esmerarse bastante en dejar en claro que eres una persona responsable, atenta, disciplinada y por sobre todo, imprescindible.
Pero los desencuentros, já, malditos e incómodos momentos en donde la primera impresión termina siendo el desgaste de todo esfuerzo por formar una imagen magnífica en de ti mismo. Malditos desencuentros que podrían llegar a costarte todo por lo que trabajaste.
El contrato que descansaba sobre la mesa era su única arma que tenía para defenderse. Sus orbes avellanos pasaron del papel que tenía delante al hombre sentado frente a ella. El semblante molesto de Bakugo Katsuki hacía que ella quiera sonreír, pero intentaba mantener el profesionalismo que requería la situación. Los orbes rubíes del hombre la observaban, intentando escudriñar alguna debilidad en ella pero si de algo tenía que estar seguro, era que así como él la hizo pasar un infierno, ella también podía jugar con fuego.
―Por como yo lo veo, Bakugo-san ―Inició Ochako con una sonrisa pequeña e inocente―, la decisión es muy sencilla.
―Eres un puto grano en el culo.
―Halagarme no hará que te la ponga sencillo ―Respondió con simpleza, viéndolo chasquear su lengua.
Bakugo tomó el contrato que Uraraka le había entregado y volvió a darle una rápida lectura. Suspiró, no había mucho por hacer. Tomó el bolígrafo negro que descansaba sobre la mesa y firmó el contrato finalmente. Ochako sonrió, recibiendo una sonrisa ladina por parte del hombre frente a ella.
―Bienvenida al infierno, Cara redonda.
Sí, definitivamente, las palabras de Bakugo eran verdaderas. Acaba de firmar un contrato con el mismísimo diablo.
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Una semana atrás
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Uraraka Ochako era una chica proveniente de la pequeña y remota ciudad de Nagoya, lejos de la colosal Tokio a donde sus sueños ansiaban a llegar. Desde niña, sus aspiraciones fueron el arte culinario, porque sus padres poseían una pequeña tienda de Ramen en donde ella, desde los siete años, comenzó a ayudar recogiendo pedidos, platos vacíos, algunas propinas y sin duda, el cariño de los clientes más asiduos.
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Cómo pactar con el diablo (y no morir en el intento)
DragosteBakugo Katsuki iba en contra de los intereses de su familia y nunca estuvo verdaderamente interesado en heredar la empresa de su abuela, él hacia su vida a su modo. Pero cuando su cuenta es congelada y su departamento alquilado, necesitará la ayuda...