CAPÍTULO XVIII

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Disclaimer: BNHA y sus personajes, no me pertenecen.

Summary: Bakugo Katsuki iba en contra de los intereses de su familia y nunca estuvo verdaderamente interesado en heredar la empresa de su abuela, él hacia su vida a su modo. Pero cuando su cuenta es congelada y su departamento alquilado, necesitará la ayuda de la nueva inquilina para jugar fuego contra fuego contra su familia... Claro, si sobrevivía al infierno que implicaba convivir con él.

Aclaratoria: Ésta es una obra propia y todos los derechos son reservados.

Los siguientes días a aquella noche durmiendo juntos en el sofá fueron extrañamente complacientes para ambos

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Los siguientes días a aquella noche durmiendo juntos en el sofá fueron extrañamente complacientes para ambos. Es cierto que desde hacía varios días, ya no llevaban a cabo la guerra sin cuartel entre ellos, pero de igual manera había momentos de tensión, principalmente después de aquel beso dado para cubrir su mentira frente al padre de Ochako; pero cuando la mañana siguiente, Katsuki despertó con Ochako sobre su pecho, la sorpresa y calidez por igual, lo envolvió.

No se lo dijo, pero la mujer lo usaba como almohada, él no quiso moverse por ende, no hasta que ella despertara; mientras tanto, él siguió observándola dormir con tanta paz que por un momento, el dolor de cuello por dormir sobre el posa-brazos del sofá, le fue indiferente.

Los días siguientes a aquel, se desarrollaron con ambos desayunando juntos, un americano y un capuccino, tostadas francesas, a veces huevos revueltos o mermelada, dependiendo cuánto azucazúcarako necesitara en su sistema para iniciar en forma su día; el trayecto al trabajo disfrutando la compañía del otro, a veces sólo en silencio, otras escuchando quejas hacia la casera o alguna tontería entre ellos. Era extraño verse a sí mismo caminando junto a Ochako; nunca tuvieron sexo, sólo un beso compartido, pero de igual manera, sentía que su nivel de intimidad era tan profunda. Era la primera vez para Katsuki tener semejante conexión con alguien con quien no compartió cama..., en un sentido sexual, claro.

Esa semana, siguieron las cenas preparadas para sus cómplices y la maratón de películas de superhéroes; en pocos días, la idea de no estar sentados juntos en el sofá, viendo películas y escuchando las teorías de Ochako, parecía inaudito. Carajo, se había acostumbrado tanto a su presencia que le avergonzaba admitirlo.

Ella no era distinta. Ochako adoraba ver a Katsuki cocinando en el departamento, le gustaba oír sus músicas y verlo cantar por lo bajo, creyendo que ella no se percataba de ello. Ella fingía estar haciendo otras cosas, pero su atención siempre se la llevaba él.

Sonó Pink Moon de Tash Sultana y ella fue a su teléfono para ponerlo a mayor volumen, Katsuki la miró con curiosidad a lo que ella sonrió.

―Amo esa canción ―Dijo y cerró los ojos para mecerse en su sitio al compás lento de la balada.

Katsuki dejó lo que hacía para recostarse contra la mesada sin dejar de observarla, sencillamente no podía dejar de hacerlo, cruzó sus brazos sobre su pecho y frunció su ceño al ver allí, haciendo que su comedor dejara de portar aquel ambiente tan soso, por el sencillo hecho de tenerla a ella allí. Ochako notaba eso, sentía la mirada de Katsuki encima suyo, su corazón latía con mayor fuerza pero no dejaba de moverse. Le gustaba sentir su mirada en su cuerpo.

Cómo pactar con el diablo (y no morir en el intento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora