CAPÍTULO XII

1.3K 158 51
                                    

Disclaimer: BNHA y sus personajes, no me pertenecen.

Summary: Bakugo Katsuki iba en contra de los intereses de su familia y nunca estuvo verdaderamente interesado en heredar la empresa de su abuela, él hacia su vida a su modo. Pero cuando su cuenta es congelada y su departamento alquilado, necesitará la ayuda de la nueva inquilina para jugar fuego contra fuego contra su familia... Claro, si sobrevivía al infierno que implicaba convivir con él.

Aclaratoria: Ésta es una obra propia y todos los derechos son reservados.

La noche volvió a ser empapada por una lluvia primaveral arrastrando con ella el calor del día; no era extraño tener lluvias repentinas a inicios de abril, al menos no en Tokio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La noche volvió a ser empapada por una lluvia primaveral arrastrando con ella el calor del día; no era extraño tener lluvias repentinas a inicios de abril, al menos no en Tokio. Escuchó a Katsuki toser un poco, Uraraka cerró la ventana de la habitación del hombre y colocándole el seguro, se volvió hacia él. Éste yacía dormido en su cama, con la sábana cubriéndole hasta el cuello, cada tanto podía apreciar los espasmos ocasionados por la fiebre aunque ya no eran tan frecuentes como hace unas horas.

Ochako se acercó hacia él y sentándose al borde de la cama, llevó su mano hasta el termómetro que descansaba entre sus labios. 37.5° leyó y un pequeño suspiro de alivio salió de ella. Seguía teniendo fiebre pero al menos ya no ascendía los 39° como lo hizo hace apenas una hora. Su nariz seguía enrojecida al igual que sus mejillas. Su mano rozó la piel de su rostro, su calidez era normal pero la fiebre aún no se disponía a marcharse.

Cuando logró que Bakugo se acostara en su cama y tras ponerle la bolsa térmica en la frente, bajó a toda prisa a planta baja, su objetivo era llegar al departamento de la casera, sabía que la mujer era la única que poseía las llaves de la enfermería que contaba el edificio y necesitaba de medicamentos para Bakugo. Era pasadas de las diez de la noche, su casera ya debía de estar acostada pero Katsuki volaba en fiebre y no podía sencillamente hacerlo esperar para ir a comprar medicamentos a la primera farmacia que encontrara. No podía imaginarse que la temperatura del hombre sobrepasara los 40°.

―Uraraka-san ―Nombró sorprendida Chiyo al verla con la respiración desbocada en el umbral de su puerta cuando fue a abrirla, los golpes la hicieron levantarse por el sobresalto―. ¿Qué sucede, querida?

―Es Bakugo-san, está volando en fiebre. ¿Tendría algún medicamento para suministrarle?

Chiyo no pidió más información, buscó su manojo de llaves para ir a la pequeña sala de enfermería que estaba al final del pasillo y abrirla. Ochako la siguió, en cuanto abrieron el cuarto, y una vez allí, Uraraka fue consciente del buen equipamiento medicinal que contaba el sitio, incluso leyó el título universitario y varias capacitaciones de enfermería que correspondían a Shuzenji Chiyo. La mujer mayor buscaba entre sus estanterías algún paracetamol.

―Debió ser la lluvia de ayer. Ese niño es tan terco que no se ha hecho estudios en forma. Sus defensas deben estar terriblemente bajas ―Explicó la casera mientras buscaba algún jarabe―. ¿Ha tenido tos? ―Ochako asintió―. Sin duda es un resfriado; sus defensas no le ayudan. Necesitará tomar éste jarabe y si las molestias continúan, tengo éste aerosol para bajar la inflamación de la garganta.

Cómo pactar con el diablo (y no morir en el intento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora