CAPÍTULO LVII

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Disclaimer: BNHA y sus personajes, no me pertenecen.

Summary: Bakugo Katsuki iba en contra de los intereses de su familia y nunca estuvo verdaderamente interesado en heredar la empresa de su abuela, él hacia su vida a su modo. Pero cuando su cuenta es congelada y su departamento alquilado, necesitará la ayuda de la nueva inquilina para jugar fuego contra fuego contra su familia... Claro, si sobrevivía al infierno que implicaba convivir con él.

Aclaratoria: Ésta es una obra propia y todos los derechos son reservados.

El 25 de diciembre trajo muchas cosas pero no todo fue felicidad, de eso estaba seguro Bakugo Katsuki al terminar la llamada que le había hecho el oficial Sero Hanta informando de los recientes sucesos en la estación de policía

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El 25 de diciembre trajo muchas cosas pero no todo fue felicidad, de eso estaba seguro Bakugo Katsuki al terminar la llamada que le había hecho el oficial Sero Hanta informando de los recientes sucesos en la estación de policía. Katsuki sostenía su teléfono con fuerza, con más de la que estaba animado a admitir y una vez halló la mirada preocupada de Ochako supo que debía serle franco.

La puerta del vehículo se cerró con fuerza y Ochako apresuró sus pasos hacia la entrada principal del hospital escuchando a lo lejos la voz de su novio llamándola; por un momento, recordó los acontecimientos con su padre, el cómo éste acabó en el hospital y ella había perdido el norte. Sí, aún tenía atorado el mismo miedo en su garganta, el cual hacía que las nauseas fuesen cada vez más fuertes.

El recinto hospitalario la cubrió cuando la mano de Katsuki tomando la suya la hizo detenerse antes de seguir avanzando. Ella volteó a mirarlo con desesperación y antes de que pudiese escaparse alguna palabra de sus labios, Katsuki la interrumpió.

―Tienes que calmarte ―dijo el hombre y ella negó―. Ochako...

―¿Qué pasa si está grave? ―Inquirió preocupada.

―Entonces tienes que calmarte para saber qué haremos ―respondió apretando un poco la mano de su novia, intentando transmitirle de ese modo su apoyo, porque él también temía lo peor.

Ochako abrazó a Katsuki, sintiendo como todo su cuerpo buscaba su calor para serenarse; tenía las emociones arañando sus entrañas, no podía imaginarse que algo así pasara precisamente ese día, precisamente cuando todo parecía mejorar para todos.

Recordaba el rostro preocupado de Eri cuando llegó al departamento y aún más cuando la llamada de la policía hizo pronunciar el nombre de Toga Himiko con alarmante inquietud. Eri no era tonta, era una niña pero no era nada tonta. Pudo leer las expresiones de Katsuki y Ochako y sabía que algo no estaba bien. Ochako se repetía internamente que lo mejor que pudieron hacer fue dejar a la niña con su madre mientras ellos acudían al hospital por lo sucedido en la estación de policía.

Un escalofrío subió por la espalda de la castaña recordando las palabras de Katsuki. Cerró los ojos con fuerza y trató de serenarse a sí misma.

Toga Himiko fue herida de gravedad en la propia estación de policía por un hombre que se infiltró en el predio simulando ser un oficial más, pasando desapercibido. Pero antes de poder rematar a la mujer, el sargento de la unidad pudo impedir que eso sucediera, aunque a un precio elevado.

Cómo pactar con el diablo (y no morir en el intento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora