CAPÍTULO V

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Disclaimer: BNHA y sus personajes, no me pertenecen.

Summary: Bakugo Katsuki iba en contra de los intereses de su familia y nunca estuvo verdaderamente interesado en heredar la empresa de su abuela, él hacia su vida a su modo. Pero cuando su cuenta es congelada y su departamento alquilado, necesitará la ayuda de la nueva inquilina para jugar fuego contra fuego contra su familia... Claro, si sobrevivía al infierno que implicaba convivir con él.

Aclaratoria: Ésta es una obra propia y todos los derechos son reservados.

Bakugo siguió observando las hojas que tenía entre sus manos, se llevó el cigarrillo a sus labios y dio una calada profunda para pasar página

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Bakugo siguió observando las hojas que tenía entre sus manos, se llevó el cigarrillo a sus labios y dio una calada profunda para pasar página. No quería admitirlo pero había repasado varias veces el perfil de la lunática que robó su departamento. Uraraka Ochako tenía un expediente interesante, trabajó casi toda su vida en el restaurante de su familia especializado en ramen pero a los quince años, comenzó a preparar platillos más elaborados y para gustos más finos, dando otro enfoque al negocio familiar. Tomó clases en institutos de cocina en su región, pero los equiparó con su propia formación. Era interesante, la niña tenía potencial y lo sabía. No tardó en aceptarla apenas leyó en forma su currículum después de que todos fueron entrevistados.

Ella junto a otros dos más, fueron admitidos y él puso bastante énfasis en el cv de la castaña. Sabía que alguien con un carácter decidido como el suyo le vendría bien a su restaurante, pero debía admitirlo, también quería tenerla cerca para hacerle padecer un infierno, por tal motivo, no se molestó en contactarla para avisarle que consiguió el puesto; quería esperar hasta el último y hacerla sufrir un poco. Sus intenciones para que ella renunciara a su departamento no fueron revocadas de su mente, él estaba decidido a hacerla sucumbir y la mejor alternativa era admitirla en el restaurante.

Escuchó los pasos de Camie pero no se molestó en mirarla, seguía leyendo el expediente de Ochako. Entonces, la voz de la dueña del departamento llamó su atención y sólo entonces, sus ojos rubíes fueron a ella, hallándola vestida con un short corto negro, una blusa azul oscura y su cabello ondulado cayendo sobre sus hombros desnudos.

―¿Y bien? ―Preguntó Camie al ver que Bakugo no tenía intenciones de decirle nada―. ¿Qué opinas, Tsuki?

―Estás bien, supongo ―Respondió el rubio sin mucho interés.

―Lo sé, pero ¿por qué no estás vestido?

―¿Por qué debería? ―Camie lo miró con dramatismo y él solo rodó los ojos.

―Debemos ir al concierto de Kirishima-kun ―Respondió ella molesta―. Vamos, cámbiate y olvidaré que no me dijiste ningún halago.

―Ve tú, Camie ―Bakugo se acomodó mejor en el sofá en donde leía―. No tengo ganas de salir.

―Oh, no seas aguafiestas que invité a Seiji e Inasa.

―Pues ve con ellos. ―Bakugo regresó su atención a lo que estaba leyendo, algo que claramente Camie no pasó por alto, llamando su atención.

Cómo pactar con el diablo (y no morir en el intento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora