CAPÍTULO XXIX

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Disclaimer: BNHA y sus personajes, no me pertenecen.

Summary: Bakugo Katsuki iba en contra de los intereses de su familia y nunca estuvo verdaderamente interesado en heredar la empresa de su abuela, él hacia su vida a su modo. Pero cuando su cuenta es congelada y su departamento alquilado, necesitará la ayuda de la nueva inquilina para jugar fuego contra fuego contra su familia... Claro, si sobrevivía al infierno que implicaba convivir con él.

Aclaratoria: Ésta es una obra propia y todos los derechos son reservados.

La lluvia de otoño se intensificaba por las noches, caudales considerables de agua cayendo del cielo y empapando todo cuanto alcanzaba, enlentecía el tráfico, sobrepoblaba la ciudad con paraguas y humedecía a los que corrían sin protección alguna

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La lluvia de otoño se intensificaba por las noches, caudales considerables de agua cayendo del cielo y empapando todo cuanto alcanzaba, enlentecía el tráfico, sobrepoblaba la ciudad con paraguas y humedecía a los que corrían sin protección alguna. Muchos levantaban la mirada al cielo, sonriendo con las gotas de lluvia, suspirando de alivio, diciendo ser una bendición.

Bakugo Katsuki era una persona ansiosa por naturaleza, no le gustaba llegar tarde, odiaba la impuntualidad y por sobretodo, odiaba tener cosas que hacer, cosas realmente importantes como saber si su ex novia esperaba un hijo suyo o no, y el maldito embotellamiento de Tokio le dejara varado realmente lo ponía de muy mal humor. Definitivamente, Katsuki no consideraba una bendición la lluvia que caía esa noche.

―Tiene que ser una puta broma... ―Volvió a decir entre dientes, molesto. Carajo que necesitaba ver a Ochako cuanto antes. Sus dedos tamborileaban sus rodillas de forma inquieta mientras sus pies golpeaban el piso del vehículo con hastío. Miró a su chofer―. ¿No puedes tomar un atajo o algo?

―Lo siento, Bakugo-san, pero... ―Suficiente.

―No me interesa. ―Katsuki, harto de las excusas sin sentido por parte de su chofer, abrió la puerta del vehículo sin importarle que una motocicleta casi pasó sobre él en el instante en que salió del móvil. Un sinfín de bocinazos ofuscaban la noche, él sólo se concentró en correr como si su vida dependienra de eso.

Y en parte lo hacía. No le importaba empaparse, no le interesaba volver a enfermarse del modo en que lo hizo meses atrás, tampoco le interesaba que su chofer le gritara que esperara; había perdido veinte malditos minutos en aquel sitio y no podía seguir prolongando su odisea interna.

Habían dejado Minato con rapidez pero el verdadero caos inició en el ingreso a Chiyoda; un verdadero suplicio para él, que sentía que se volvería loco en cualquier instante. Recordaba la dirección del departamento de Ochako, él personalmente lo había sugerido a Todoroki para que se lo propusiera a Uraraka, ya que contaba con muchas comodidades además de tener una cercanía considerable a su actual trabajo en la pastelería.

Corriendo del modo en el que lo hizo, no le tomó mucho tiempo llegar a él, después de todo Katsuki era bueno para apartar personas de un manotazo y abrirse paso en el gentío. Sus ropas se pegaban a su cuerpo con cada movimiento que realizaba gracias a la condición húmeda de su cuerpo, se sentía pesado por ello pero eso no le impidió seguir corriendo hasta donde se hallaba el Central Studio Apartment, un complejo de departamentos con menos pisos y habitaciones más pequeñas que el Meraki's Place pero eso no le quitaba su alto nivel.

Cómo pactar con el diablo (y no morir en el intento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora