CAPÍTULO XXXIX

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Disclaimer: BNHA y sus personajes, no me pertenecen.

Summary: Bakugo Katsuki iba en contra de los intereses de su familia y nunca estuvo verdaderamente interesado en heredar la empresa de su abuela, él hacia su vida a su modo. Pero cuando su cuenta es congelada y su departamento alquilado, necesitará la ayuda de la nueva inquilina para jugar fuego contra fuego contra su familia... Claro, si sobrevivía al infierno que implicaba convivir con él.

Aclaratoria: Ésta es una obra propia y todos los derechos son reservados.

Vio los estudios médicos sobre la mesa y un nudo se atoró en su garganta

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Vio los estudios médicos sobre la mesa y un nudo se atoró en su garganta. Levantó sus castaños ojos al médico sentado frente a él con un rostro que intentaba trasmitir tranquilidad sin mucho resultado. Kiyoshi apretó la tela de los pantalones cuando dirigió sus manos a sus rodillas, intentando tranquilizar el temblor en sus manos. Cerró los ojos un momento, aspiró profundo.

―Esto... ―Inició Kiyoshi. Se relamió los labios buscando las palabras correctas para continuar―. ¿Esto tiene cura?

Los ojos del médico fueron a los papeles en donde determinaban la condición de su paciente. Aspiró profundo para volver a mirarlo.

―Existe un tratamiento que podría enlentecer el avance de su enfermedad, Uraraka-san ―Comentó―. Lastimosamente, aún no existe una cura para la esclerosis. El tiempo es crucial para actuar contra ella.

―¿Cuánto? ―Preguntó de pronto el hombre―. ¿Cuánto tiempo me permitirá si hago el tratamiento?

El médico tomó un tríptico de la clínica para la que trabajaba en donde especificaba todo lo relacionado a la enfermedad degenerativa que atacaba el sistema del hombre sentado frente a él. Se lo tendió y Kiyoshi lo tomó.

―Como se lo he dicho, el tiempo es crucial ―Inició―. Lamentablemente, la enfermedad ha comenzado a manifestarse no hace mucho para que usted acudiera a hacerse los estudios correspondientes pero eso no aseguró el nivel de peligrosidad de su avance...

―Por favor, sólo dígame cuánto tiempo tengo ―Las lágrimas se agolparon en sus ojos.

El médico contuvo el aliento un momento. Kiyoshi sabía que algo no andaba bien con él desde hace meses, sabía que su vista estaba fallando, sabía que los recurrentes mareos no eran algo común, su cansancio o los hormigueos en las manos que no tardaron en convertirse en temblores constantes tampoco lo hicieron detenerse a pensar que podría haber algo más que le estuviese causando aquello. Prefirió ignorarlo, prefirió sólo acreditar que era por el trabajo en la tienda y nada más.

Pero sabía que se estaba mintiendo a sí mismo.

No fue sino hasta el desvanecimiento en plena vía pública que alarmó a Chieko y lo obligó a ir al médico. No pudo sostenerlo más, la realidad estaba pegando con fuerza a su vida y no podía ocultarlo por mucho más tiempo.

Cómo pactar con el diablo (y no morir en el intento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora