Danae
Sentía mi cuerpo flotar, sentía todo y nada a la vez; hace tiempo que no experimentaba esto, casi pierdo el control por culpa de Eleazar; por eso es que quiero mantenerme a raya, solo causan problemas... o mejor dicho, me causan problemas a mí.
Abro mis ojos lentamente, mi habitación está oscura; las cortinas entreabiertas me dan a entender que ya es de noche ¿Cuánto dormí? No debió ser mucho, porque cuando salimos del pantano el cielo estaba empezando a oscurecerse.
— ¿Danae? ¿Estás despierta?.
— ¿Qué quieres, Matthew?— se que él no puede verme bien a causa de la oscuridad que hay aquí— Si vienes a molestarme, te recomiendo que te largues.
— Vine a hablar contigo, me enteré de lo que paso...
— ¿Y qué? ¿Dirás que fue mi culpa?.
— No he dicho eso, sé muy bien qué lo que te sucede no es tu culpa y me duele que tengas que pasar por esto tu sola— tomó mi mano y sentó en el borde de la cama— Se que acabas de despertar y tal vez no te haga bien saberlo, pero tuvimos que encerrar a Kira.
Una punzada me atravesó el cuerpo.
— ¿Qué le pasó? ¿Está bien?.
Kira a sido mi compañera desde siempre. Es mi guardiana, mi confidente, mi amiga; si me afecta algo, ella lo siente. Tenemos un vínculo que todavía no entiendo completamente. es algo parecido a un familiar, excepto que yo no tuve la necesidad de invocarla. Un día solo apareció en medio de la casa y se a quedado conmigo desde entonces.
— Se descontroló, no podíamos con ella. Tuvimos que sedarla para que se calmará un poco— me levanté de la cama— ¿A dónde vas?.
— ¿A dónde voy? Voy a buscarla, no pienso dejarla sola en ese estado— solo bastó visualizar las celdas de contención para aparecer allí.
Una de las pocas cosas buenas que puedo hacer con esto.
Kira estaba encadenada a los muros. Jalaba las cadenas haciendo temblar las paredes y lastimándose al hacerlo; ya no era la pequeña loba blanca de siempre, antes llegaba a mi cintura, ahora llega a la altura de mi pecho.
— ¡Hey!— traté de hacer que su vista se concentrará en mi, la notaba histérica, desesperada— Nena, no te golpees así, por favor— mi cercanía con la jaula era prudente para que no me lastimará accidentalmente— Kira, mírame.
— No logrará calmarla, señorita— dijo uno de los novatos al entrar— A estado así todo el día.
— Si podré. Abre la reja-— me miró como si estuviera loca y no era para menos. Kira era una loba con una fuerza sorprendente.
Su cabeza giraba a todos lados buscando mi voz.
— Oye oye, aquí estoy— acuné su cara entre mis manos— Aquí estoy— le susurré mientras acariciaba la parte superior de su cabeza.
— ¿Danae, estas bien?— sus lindos y lagrimosos ojos me miraban, yo la podía escuchar en mi cabeza, a diferencia de otros. Ellos solo escucharían los sonidos típicos de un lobo.
— Estoy bien. Me asustaste, no me gusta verte así.
— Lo siento, pero te sentí en peligro y no podía ir a buscarte. Me retuvieron aquí en cuanto intenté salir— lloriqueó.
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Entre Cadenas
WilkołakiDe pequeña anhelaba... y deseaba poder escapar de este infierno y ser libre, soñaba con mi final feliz. Creía que después de tanto sufrimiento podría por fin descansar y encontrar la paz en los brazos de esa persona que me complementaria, solo que a...