Capitulo 51

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León

El consejo ha estado insistente con traer a mi luna desde que les di la noticia de su embarazo y no dudaron es expandirlo a las demás manadas, así que la presión y la necesidad por tenerla a mi lado crecen cada día más. Cuando Danae se fue con esas brujas hace cinco días el temor de no saber en donde estaba o si estaría segura me carcomía por dentro, Kellan y yo ya no sabemos en donde más buscar; hemos revisado las manadas y terrenos más cercanos de punta a punta, su abuela me ha dicho que ha tenido que ir a una misión y me preocupa que por su estado le pase algo al bebé o a ella.

Hoy seleccioné a otro equipo de búsqueda para inspeccionar una zona diferente. Sinceramente no esperé percibir allí ningún aroma, pero para mi sorpresa ahí estaba; venia con el viento, así que en mi forma lobuna corrí lo más rápido que pude hasta llegar a una zona muy boscosa y algo difícil de acceder por lo resbaloso que estaba el suelo. Mis patas se hundían y empatucaban de lodo, aún así, seguí corriendo hasta que la vi. Su pelo lucía diferente, ella lucía diferente y la que estaba allí junto a ella era... ¿Era Irina? ¿Por qué Irina está peleando con ella?.

Gruñí para que se percataran de mi presencia antes de que aullara para avisar a mis rastreadores.

— Oh, pero mira quien ha venido a la fiesta. El gran alfa Kellan, rey de reyes, señor de los lobos— ladeé mi cabeza al no entender a que se refería con esto.

¿Acaso se está burlando?.

— Con que ese es el padre del bebé— giré a mi derecha para encontrarme con la esposa de Mael, pero ella al igual que Danae, se veía extraña— Un sarnoso sabueso. Sigues los mismos pasos de tu abuelo, niña.

Gruñí aún más fuerte cuando vi que trató de lastimar a Danae, que gracias al cielo puedo esquivar el ataque antes de que este le diera. Un hombre alto apareció al lado de mi luna con unas gruesas cadenas en sus manos que enrolló en el cuerpo de la chica.

— ¡No le hagas daño a ninguna, recuerda que están poseídas!— Danae elevó la voz al ver como la cadena empezaba a hacer presión en sus cuellos. Llegando a estrangularlas.

— Solo será un ligero apretón.

— No.

Las soltó sin muchas ganas.

Los lobos de mi manada llegaron y estaban igual o más descolocados por la escena que estábamos viendo. Todo era un desastre y las ganas que teníamos Kellan y yo por meternos a detener lo que fuese que estuviese pasando nos cantaba en el oído, aunque, cuando moví una de mis patas, Danae me miró con una potente amenaza en sus ojos.

— ¿Qué tal si le damos motivación a nuestro futuro recipiente, hermanas?.

Danae se tensó y observó a las tres chicas que sonreían grandemente. Irina cortó su dedo con una pequeña navaja y dejo caer cinco gotas de su sangre en el suelo que al tener contacto con este empezó a quemar el pasto que había bajo sus pies, un olor pestilente hizo que deseara poder tapar mi nariz completamente con una de mis patas, pero no despegué mi mirada en ningún momento. Kellan se rehusaba a dejar de mirar lo que pasaba, el suelo comenzó a humedecerse con un liquido rojo a sus pies, las gotas de sangre que cayeron se habían expandido hasta formar un charco del que salieron cinco perros negros lo suficientemente grandes para no parecer uno normal; sus ojos eran rojos y sus colmillos blancos y afilados se mostraban al gruñirle a mi luna peligrosamente cerca.

— ¿Qué pretendes con todo esto, Irina? ¿En verdad crees que a ellas les importas? Solo eres un peón que será eliminado del tablero cuando no les sirvas más...— exclamó mi luna con mucha tranquilidad, ignorando por completo a los animales que le gruñía con ferocidad. Ellos la rodeaban y aún así parecía no importarle— O incluso antes de que puedas hacer una buena jugada. ¿Por qué no liberas a mis amigas? Julieta puede resistir a una sola bruja ¿Pero Engla? Esas cuatro la consumirán en menos de nada ¿Me pregunto cuanto durará? ¿Un mes? O ¿Quizás dos? Para cuando quieran hacer algo productivo necesitaran cambiar de cuerpo nuevamente.

Entre CadenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora