Danae
— Irina, suéltala— abrí mis ojos asombrada por la nueva escena en la que me encontraba. La voz de ardilla de un momento a otro me estaba zarandeando como una loca. ¿En qué momento se me acercó?.
— ¿Pero que les pasa a ustedes dos? Irina, aléjate de Danae— León tomó del cuello de su camisa a la antes mencionada, quitándomela de encima— ¿Danae, estás bien?.
— Si, solo...— mis ojos viajaron otra vez a donde estaba la muñequita plástica— Necesito descansar un poco. No me siento bien— y no era mentira, unas ganas de vomitar me resolvían el estomago y sentía como si mi cabeza me diera vueltas.
— Te acompaño, estás tambaleando— rápidamente el lobo tomó mi brazo en un intento de darme estabilidad. Ni siquiera me había dado cuenta de que parecía un espagueti.
— León, ella estará bien sola. No creo que se pierda.
Hice un esfuerzo sobre humano para no torcerle los ojos. Esto es culpa de ella, ese vórtice absorbió parte de mi energía; si fuera humana, posiblemente estuviera en un coma.
— Nuestra luna no se siente bien, es deber del alfa acompañarla. Considero que él es el más calificado para escoltarla— habló Dante con sequedad. Al parecer él tampoco la tolera.
— Déjala Dante, no hay por qué pelear con casos... perdidos.
Podré sentirme mal, pero eso no es impedimento para que mi boca diga unas cuantas verdades. Ella no me cae para nada bien, y con lo que sucedió tendré que mantenerla vigilada; no puedo dejar que ande por allí haciendo de las suyas, si quiere traer de vuelta a las antiguas seguramente está involucrada con las desapariciones de los niños.
El lobo al final tuvo que cargarme, porque mis piernas no respondieron más. Nunca me había pasado algo así ¿Qué mierda me hizo esa maldita urraca?.
— ¿Quieres tomar algún jugo, comer algo quizás?— preguntó apenas me dejó en la cama— Me preocupa tu salud ¿Qué te sucede?— se notaba su preocupación, no paraba de hablar y insistía en traer a un medico para que me revisara.
— Oye— tomé su rostro para que se concentrara en mí solamente— Estoy bien lobito, tranquilo. Deberías irte, tienes una reunión importante— le recordé, porque al parecer lo había olvidado.
Él negó con la cabeza varias veces como un niñito— No pienso irme de aquí hasta que te mejores, tan solo mírate. Estas más pálida que de costumbre, pareces una muerta, Danae.
— Gracias— respondí sarcásticamente— Me parece interesante que me compares con una muerta.
— Por favor, no quise ofenderte. Solo trataba de decirte que...
Sin poder retenerlo más, me eche a reír— Estoy jugando contigo, bobo. No me has ofendido.
— ¿Yo preocupándome por ti, y tu riéndote?— puso cara de ofendido— Podría morir de la preocupación ¿Sabes?.
Me cargó otra vez, colocándome ahora en su regazo— ¿Qué está haciendo alfa?— lo miré pícara.
— Admirando la vista— hundió su nariz en mi cuello— Y debo decir que esta vista me está tentando mucho— comenzó a dejar besos húmedos en mi hombro hasta subir a mi mandíbula. El lobito es arriesgado.
— Pensé que con lo de la vez pasada, no te atreverías a hacerlo de nuevo— gracias a los Dioses no salió un gemido.
Sus ojos conectaron con los míos y sus brazos me acercaron mucho más a él. El calor de ambos se empezaba a sentir haciendo que nuestras ropas se sintieran estorbosas, sus labios cada vez más cerca de los míos se acariciaban, mi cuerpo ansiaba sentir su tacto en este momento, por lo qué, sin miedo, fui yo la que comenzó ese tan añorado beso que estaba esperando.
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Entre Cadenas
WerewolfDe pequeña anhelaba... y deseaba poder escapar de este infierno y ser libre, soñaba con mi final feliz. Creía que después de tanto sufrimiento podría por fin descansar y encontrar la paz en los brazos de esa persona que me complementaria, solo que a...