Danae
El fuego cubría los techos de las casas, personas gritaban desesperadas, otras se calcinaban en el suelo por el calor de las llamas, cenizas, polvo y un espeso humo negro cubría parte del pueblo, dificultando la visión de la mayoría. El olor a carne quemada me aborrecía, pero sus alaridos de dolor me llenaban de plenitud. Un sentimiento tan confuso e irracional me invadían, me sentía con libertad, libertad para, aunque sea una vez sacar esa presión que muchas veces no me permitía respirar con normalidad, aquella que me quitaba el sueño por las noches y me hacía bajar la cabeza frente a los demás, como si fuera un ser inferior a ellos, cuando en realidad era todo lo contrario. Sin embargo, estaba perdida.
¿Qué es todo esto? Miré a mi alrededor, niños corrían sin rumbo, padres cargaban agua hacia las casas para apagar el fuego y madres lloraban desconsoladas, mientras que yo estaba ahí, observando, admirando las llamas extenderse en un rojo intenso, alzándose con ímpetu y devorando todo a su paso, reduciéndolo a cenizas. Ellos se lo habían buscado, ellos causaron esto. ¿Ahora tienen miedo? Pero de quién ¿De mí? ¿En serio es toda mi culpa?
Como si fuera poco, mi padre se acercó a mi y con una cachetada me hizo sangrar por el corte que ocasionó con uno de sus anillos de plata. Saboreaba mi propia sangre, un sabor metálico me inundo el paladar; no lloré, no protesté, no hice nada en absoluto, solo nos mirábamos el uno al otro con una rabia ferviente en nuestros ojos, yo estaba serena a pesar del golpe, no tenía ningún otro sentimiento, la compasión, el remordimiento o incluso mi propia conciencia estaban apagadas, activé mi modo automático sin posibilidad de dar marcha atrás. Supe que no era una niña normal el día en que mi padre golpeó embravecido a mi madre, ese día sin saber cómo, elevé en el aire los cuchillos que estaban en la cocina y uno a uno los enterré en las piernas de mi padre ¿Pero era mi culpa ser esto? ¿Fue malo hacer eso? Después de todo estaba defendiéndola de él, aun cuando también sentía miedo.
Me encerraron cómo un animal en un cuarto oscuro y polvoriento, no vi la luz del sol por semanas enteras, voces me invadían y perturbaban mis pensamientos, le temía a la oscuridad y a la soledad mas que otra cosa. Mi madre me visitaba a escondidas de mi padre para llevarme alimento, mis hermanos me asustaban en las noches golpeandocon fuerza las puertas o haciendo ruidos extraños, y mi abuelo me golpeaba con un palo duro cada vez que podía con la excusa de que era una irrespetuosa, una bastarda descarriada, pero ¿a quién podía faltarle el respeto encerrada entre esas paredes filtradas de humedad? Las ratas se volvieron mi compañía, charlaba con ellas casi como si pudieran entenderme y escuchaba a los murciélagos charlar entre chillidos y revolotear encima de mi cabeza.
No se cuanto tiempo estuve allí encerrada, el día que mi padre abrió la puerta la luz cálida del sol que añoraba y extrañaba tanto me recibió. Mi piel palideció un poco más por el tiempo que duré en cautiverio, mis cabellos rojizos y rizados bajaban hasta tocar mis inexistentes caderas, rebeldes y enredados, asemejándosemás a un nido de pájaros que a otra cosa; subí las escaleras tambaleando y temblándome de un lado a otro , había disminuido mucho de peso por la falta de comida, la desnutrición se notaba en mis jóvenes huesos. Cuando vi a mi madre corrí a abrazarla sin importarme la debilidad en mis piernas, no la solté por horas, me mantuve a su lado todo el tiempo, hasta que se fue.
— Prima, despierta— la voz de Julieta retumbó en mis oídos entre los malos recuerdos memoria. A medida que despertaba las caras y las voces iban desapareciendo hasta volverse solo borrones sin sentido— Bricia llegó. —Abrí lentamente mis ojos, todavía abrumada por mis recuerdos del pasado, pensé que mi cerebro se había encargado de borrarlos o al menos, en esconderlos bien, muy en lo profundo ¿Por qué los recuerdo ahora? ¿Será acaso porque mis poderes están volviendo? No, no quiero que esos escenarios vuelvan.
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Entre Cadenas
WerewolfDe pequeña anhelaba... y deseaba poder escapar de este infierno y ser libre, soñaba con mi final feliz. Creía que después de tanto sufrimiento podría por fin descansar y encontrar la paz en los brazos de esa persona que me complementaria, solo que a...