Capitulo 5

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Danae

Despierto desorientada en la misma habitación donde empecé, no hay rastro de Engla por ninguna parte ¿Será posible que todo lo que creí haber vivido ayer fuese solo un sueño? Si es así, doy gracias por eso. Es temprano, todavía el sol no a salido por completo en el horizonte, no tengo nada que hacer y la idea de seguir durmiendo no me es tan desagradable.

La calidez de la tibia y suave colcha me envolvieron, la cama es tan suave que cualquiera podría dormirse con solo tocarla pero no pude hacerlo ya que un animal de ojos bestiales apareció en la habitación formando un revuelo apenas pasó por la puerta, el gran lobo mostraba sus feroces colmillos, capaces de descuartizarme en cuestión de segundos, sus pasos eran firmes, caminaba imponente con su cabeza en alto, su pelaje era de un negro espeso y brillante, las ganas de acariciarlo se hicieron presente, quería tocarlo y hundir mis dedos en ese suave pelaje, el problema era que si lo hacía podría atacarme y matarme en segundos.

Danae.

Danae.

Genial, ¡¿Ahora qué?!

Danae, despierta. Tienes que huir, huye de la bestia.

— ¡¿Qué quieren de mí?!— pregunté a la nada sin esperar ninguna respuesta de esa voz desconocida que me hablaba cada vez que mis ojos se cerraban para entrar en la inconciencia.

Corre niña, si la bestia te atrapa no podrás escapar.

— ¿De qué bestia hablan? No las entiendo.

Danae, despierta— Esa, esa es la voz de Engla— Danae, no me asustes ¿Qué tienes? ¿Por qué gritas?

¿Estoy gritando?

Podía sentir como me movían de un lado a otro, mis ojos se resistían a despertar y mi cuerpo quería descansar un poco más, sin embargo, no puede evitar abrir un poco mis párpados, todo era borroso al principio, tenía un fuerte dolor en mi nuca y sentía como alguien apresaba mis manos.

— ¡¿Quieres soltarme?!— pedí con los ojos previamente cerrados por la repentina luz del sol.

— Vaya ¿Siempre tiene ese humor de perros? —esa voz me suena conocida.

Me vi obligada a abrir mis ojos para ver al dueño de esa voz tan sexy para mis oídos. Un hombre de piel bronceada, cabello negro y mirada oscura ¿Ese no es el tipo de mi sueño? ¿Todavía estoy soñando? Mi pareja no puede ser un hombre lobo.

— Engla, quieres soltarme.

— No— soltó sin más— No te seguirás lastimando.

¿Lastimando? ¿De qué habla?.

— Estás loca, no me voy a hacer nada.

— ¿A sí? Pues tú brazo no opina lo mismo— expresó preocupada. Instintivamente mis ojos miraron mi brazo solo para encontrar las marcas de mis uñas marcadas en mi piel con gruesas líneas enrojecidas.

— ¿Yo hice eso?

Hace tiempo que no me ocurrían esta clase de cosas, sería un completo fastidio volver a eso otra vez.

— Si. Estás perdiendo el control de nuevo, Danae, hay que llevarte con tu abuela.

— Opino lo mismo— admití en voz alta, no quería ir con mi abuela, pero si eso me sacará de aquí, aceptó.

— Ella no irá a ningún lado sin mi permiso.

Ahí está el chucho de nuevo.

— Perdona ¿Y tú quién eres? Te recuerdo que no tienes ningún poder sobre mí— le aclaré las cosas de una buena vez.

Entre CadenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora