Danae
Hoy hablé con mi abuela, no le sorprendió mucho el verme allí, seguramente los chicos ya le había contado sobre nuestras visitas. Le comenté la razón de mi llegada y la posible visita que le haría a mi prima, también después de un rato, me armé de valor y le conté lo ocurrido con León, su cambio repentino y todo sobre la voz de ardilla.
Fueron muchas cosas malas por un día.
— ¿Y Kira cómo se portó?— dije mientras acariciaba su abundante pelaje. Ella por lo general es silenciosa y tranquila.
— No tienes idea, se la a pasado lloriqueando. Un poco más y me arranco los oídos— no pude evitar reír.
— No habíamos estado separadas tanto tiempo ¿verdad, bonita?— asintió en respuesta— Creo que ya has estado descansando mucho de mí, así que viajarás conmigo. Un cambio de ambiente te hará bien.
— Quizás sea cierto, pero lamentablemente, nieta mía, no podrás irte hasta que hables con tu primo. No puedes dejarlo solo con Iván aquí, sabes mejor que nadie como es.
— Por eso mismo me voy.
No quiero armar un desastre por su culpa y exponerme.
— Creí haberte dicho que no es nada favorable huirle a los problemas— me regañó— No podrás evadirlos por siempre.
— No estoy huyendo de nada— eso quiero creer— Solo quiero saber que sucede realmente. Por lo que dijo Iván, sospecho que no somos el único pueblo al que le están sucediendo cosas extrañas y con lo que vi ayer en el bosque, pienso que seria bueno ir y hacer unas cuantas preguntas a las brujas.
— No lo sé, Danae. Hace mucho que no visitas ese lado de la familia.
— Abuela, tranquila. Estaré bien— sonó mi celular en el momento oportuno— Emm, tengo que irme, Matthew me esta escribiendo.
— Dile a ese niño, que cuando lo vea le daré unos buenos jalones de oreja, por no visitar a su abuela.
— Está bien, Yaya, le daré tu mensaje. Vamos Kira.
Sinceramente no quiero ir al cuartel, pero tampoco quiero dejar a mi primo sólo. No sé por qué me pide que vaya, sabe muy bien que mi relación con nuestros visitantes no es del todo buena. Apuesto mi vida a que mi padre llegará pronto, si es que ya no lo hizo y por eso es que me escribió.
¡Por favor, Diosa luna, te suplico que mi padre no este allí!.
Llegué un poco tarde; no es que me muera de ganas por llegar. Kira tampoco estaba muy contenta por venir, la podía notar tensa.
— ¡Danae!— gritaron a lo lejos.
Debe ser algo importante para que me quieran tan urgentemente.
— No tienes por qué gritar, no estoy sorda. Pensé dejarlo claro muchas veces. ¿Qué sucede?.
— Primero quiero que respires y...
— ¡Pero si es Danae!— quede hecha piedra en mi lugar y tuve que cerrar los ojos por un momento antes de que saliera de mis labios una sonrisa forzada— Veo que todavía tienes a esa perra rabiosa— dijo mirando a mis pies, justamente en donde estaba Kira sentada— Hace mucho que no te veía, ni siquiera te has dignado a visitarme a mi o a tus hermanos.
— ¿Para esto querían que viniera, Francis?— siseé entre dientes, ignorando por completo a mi padre.
— Danae, te fuiste tan repentinamente, no nos dio tiempo de hablar. Tienes que escuchar lo que ellos tienen que decir.
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Entre Cadenas
WerewolfDe pequeña anhelaba... y deseaba poder escapar de este infierno y ser libre, soñaba con mi final feliz. Creía que después de tanto sufrimiento podría por fin descansar y encontrar la paz en los brazos de esa persona que me complementaria, solo que a...