Danae
— ¿Me llamabas, primo?— dije mientras movía una de las sillas para sentarme.
— Llegas tarde— su postura demostraba mucho. Estaba molesto y hartó de esperar.
— Lo siento, pero nuestra abuela, no es muy buena llevando recados— me excuse— Si vas a regañarme por salir, no tiene caso. Tengo todo el derecho de ir a dónde yo quiera, no soy una niña a la que ustedes pueden manejar a su antojo.
— Sabemos muy bien eso— al menos aceptó ese punto— Quería hablar sobre lo que sucedió en el pantano y de cómo te fue en la manada de ese lobo— él chico apartó todos los papeles para prestarme atención.
— Pues no pasó nada— entrecerró sus ojos— No me mires así, lo qué pasó fue que quise matar a "mi familia" ¿Contento?.
No me gusta hablar sobre mis problemas, siento como si me estuvieran juzgando, aun si dicen que no lo hacen la sensación no desaparece. Quizás si estoy traumada.
— ¿Y qué pasó en la manada a la que fuiste?— preguntó, ignorando mi anterior respuesta— Regresaste antes de lo acordado... o eso fue lo que me dijeron por ahí.
Abuela, no te cuento ni una cosa más.
— Si hubieras visto, ósea nos encontramos y el primer comentario que hizo fue: "Eres humana".
Se carcajeó con fuerza
— No me digas. Entonces el chucho piensa que eres una humana inocente e inofensiva— me miró incrédulo y con una pizca de gracia en su tono— La sorpresa que se llevará cuando estés ardiendo y tenga que lidiar con eso él solito.
— Lo dudo, tiene una clase de novia, amante, esposa...— no se bien cómo llamarla— El punto es qué todo estaba bien, nos empezábamos a tolerar, incluso coqueteamos unas cuantas veces, pero cuando llegó ella, las cosas cambiaron de la nada, su mirada cambió en un instante, eras... frívola, el odio que antes reflejaba al verme reapareció en segundo, luego simplemente me corrió de su manada.
— ¿Cuándo fue eso exactamente?— Cruzó uno de sus brazos y miró lejos cómo si recordará algo.
— Hace tres días, ¿Por qué?. —inquirí con loa voz cargada de curiosidad, pero no obtuve respuesta de su parte, Matthew solo se dedicaba a mirar un punto fijo en la ventana, sabia que no era precisamente el paisaje el que veía, su mente estaba muy lejos, quizás divagando en algún libro que leyó anteriormente, buscando posibles explicaciones a la situación o pensando en alguna frase con la cual joderme— Habla ya y deja de poner esa cara de bobo.
— Me estoy concentrando que es diferente— corrigió,fulminándome con la mirada; se levantó para agarrar uno de los libros de la biblioteca que tenia detrás de si— ¿Sabes lo que pasa cuando un lobo consigue a su pareja?.
¿A qué viene esa pregunta?
— Claro qué lo sé— hizo una seña para que siguiera hablando, suspiré— Cuando un lobo encuentra a su compañera se crea un lazo, algo invisible que los une.
— Estás en lo correcto y ¿Qué más?— Preguntó atento, mientras seguía leyendo ese dichoso libro— Prosigue.
— Bueno, al encontrarse no pueden durar mucho tiempo separados, porque podrían debilitarse; pero esto no aplica para ambos si no son de la misma especie. Por ejemplo: si uno de los dos es humano, el no se debilitará tanto como su compañero, sin embargo, notará una pequeña ausencia, una parte faltante, aunque igual esto no sería impedimento para seguir con su vida.
— Exacto, tu lobito te buscará tarde o temprano, caperucita roja— agrandé mis ojos manteniéndome quieta en mi lugar— No podrás escapar de sus garras por siempre a menos que rompas el lazo y estamos claros en que no lo hará. Estás atrapada.

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Entre Cadenas
WerewolfDe pequeña anhelaba... y deseaba poder escapar de este infierno y ser libre, soñaba con mi final feliz. Creía que después de tanto sufrimiento podría por fin descansar y encontrar la paz en los brazos de esa persona que me complementaria, solo que a...