Capitulo 17

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León

Ayer unos de mis guardias detectaron a algunos humanos merodeando cerca de mis tierras; según su reporte, no eran cazadores. Pero aunque este sea el caso, no significa que no me moleste; ellos no son bienvenidos en mi territorio. Además de eso, tengo que visitar algunas manadas para asegurarme de que todo este en orden, reforzar la seguridad y ayudar a algunos cachorros de mi manada en su primer cambio.

Se aproxima la celebración de la luna, en esta, todos los lobos que tienen pareja le agradecen a la Diosa luna por su misericordia y consideración y los que aun no han sido bendecidos con una, en esta fiesta tienen la oportunidad de encontrarla; es una tradición que lleva siglos. Todas las manadas se convierten en una para que los jóvenes puedan encontrar más fácil a sus compañeros; pero también es un gran peligro, quedamos demasiado expuestos ante nuestros enemigos, por lo que los alfas nos reunimos para vigilar los alrededores. Cualquier cosa rara o inusual que veamos o escuchemos, por mínima que sea; es considerado un peligro potencial.

Hace un siglo, yo estuve a punto de prohibir la celebración de la luna; ese año fue terrible para muchos. Si no fuera por el consejo, ya no existiría.

— Alfa- uno de los lobos de menor rango irrumpió haciendo una reverencia, antes de cerrar la puerta tras el- Los miembros del consejo, exigen ver a la luna de nuestra manada, señor- dijo aun sin levantar la cabeza, el chico temblaba en su lugar.

— Mírame cuando me hablas- trataba de calmarme, esa información no tenia porque llegar a oídos de ellos. Cuando llegué con ella, pocos nos vieron y no di ninguna confirmación de que fuera mi compañera- ¿Quién divulgó esa información?.

Tengo suficientes problemas para ocuparme de otro.

No lo sabemos aun, alfa.

— ¿Cuánto tardan en llegar?.

— Ya están aquí, alfa. Llegaron hace unos momentos- golpeé con fuerza mis puños en el escritorio ¿Quién autorizó su entrada? Ellos no debieron entrar a mi manada sin mi permiso- Fuera de mi vista, niño- el chico salió corriendo apenas las palabras salieron de mi boca.

Si vinieron, no se irán sin ver a mi luna; esos ancianos son unos tercos. Tengo que conseguir a Danae, pronto.

Dante, Nio, quiero que busquen a Danae. Qué cada lobo en servicio la busque y no vengan sin ella.

Di la orden por medio del link que compartía con ellos, debían encontrarla antes de que los del consejo se vayan. Decir que no tengo aun una luna no es una opción, si se tomaron la molestia de venir fue para verla, no se toman las cosas a la ligera. El que un alfa supremo consiga a su pareja es una bendición, una señal de que nuestra Diosa, está con nosotros.

Podría decir que aun no la he encontrado, pero eso causaría la muerte del que esparció el rumor y, sinceramente no quiero que nadie de mi manada muera por algo tan estúpido.

Alfa- la voz del lobo de Nio, se escuchó por nuestra conexión- ¿Qué hacemos si no quiere regresar?- Se que todos esperaban atentos mi próxima orden.

Tráiganla a toda costa, así sea arrastrada. Pero no la lastimen mucho, después de todo es su luna.

Danae

— ¡¿Se puede saber dónde estuviste toda la noche?!- un enfurecido Baco, me recibió- Tus poderes están despertando nuevamente y a ti se te ocurre salir ¿Acaso estás demente? Porque estúpida sé que no eres.

— Siempre tan lindo- sonreí con sarcasmo- deja de joderme, suficientes problemas tengo ya con mi familia aquí. Si eres tan amable de quitarte- Baco estaba haciéndome perder la paciencia- ¿No te piensas mover?.

— ¿Por qué siempre quieres hacer lo que se te venga en gana? Ya eres una mujer adulta y pareciera que le estuviera hablando a un niño pequeño. Madura de una vez, no puedes huir cada que tu familia paterna llega.

— Ese no es asunto tuyo, yo no me meto en tu vida, tu no te metas en la mía. Me crees inmadura, solo porque no estoy seria todo el tiempo; ya eres lo suficientemente aburrido y amargado para que haya otro igual a ti ¿Qué quieres? ¿Qué siempre que hayan problemas me deje llevar por la frustración? ¿Qué conteste con palabras reducidas cada pregunta que me hacen? ¿Qué realice una lista de cómo debo actuar? Eso lo haces tu, Baco.

No me volveré igual a mi padre, ni a mis hermanos. Yo no seré cómo ellos.

— Entiendo tu preocupación, pero también entiende que mi vida no será cómo la de los que viven en este cuartel.

Salí otra vez, afuera era mucho más tranquilo que adentro. Le lancé un pequeño vistazo al inicio del verde bosque, todo parecía tan pacífico, nadie pensaría que en lo profundo de este habitan maravillas, al igual que peligros. Peligros que los cazadores debemos repeler en algunas ocasiones, si representan una amenaza para los humanos.

He sido entrenada para asesinar a muchas criaturas, mi deber es proteger a la humanidad de cualquier ser sobrenatural que ponga en peligro nuestra existencia. Los cazadores del norte no tienen ese mismo objetivo, ellos asesinan a cualquier especie que consideren un riesgo potencial; la orden les ha advertido en múltiples ocasiones, pero al igual que los licántropos, no quieren cambiar sus tradiciones.

— ¿Qué piensas?.

— ¡Ay, carajo!- siento mi corazón chocar fuertemente con mi pecho- Yaya, me asustaste, casi me da un infarto.

— Por favor, exagerada cómo siempre- rodó los ojos con exageración- Hoy vi a tu padre, los años le han sentado bien. Es una pena que en todo este tiempo, no haya cambiado en absoluto.

— ¿Esa es la manera educada de llamar a alguien imbécil? Tendrás que enseñarme. Yo soy más bien de las que le dicen sus verdades a la gente- trate de bromear un poco con eso.

— Supongo que los años te ayudarán o... tal vez no, quien sabe- hubo una pausa antes de que ella volviera a hablar- No dejes que sus palabras te afecten, tu eres mejor que ellos. Nada de lo que digan es cierto; tu no eres ni un fenómeno, ni un monstruo, ni un desperdicio, ni nada de lo que dicen.

A veces pienso que mi abuela puede leer  mi mente.

— Abuela, yo...

— No me interrumpas- ok, con esa mirada que me dio, juro que no la volveré a interrumpir- ¿Sabes lo que veo en ti?- yo negué- Veo a una hermosa y inteligente chica, con mucho potencial, con imaginación, fuerte, luchadora y con toda una vida por delante. Eso veo yo.

— Gracias- susurre mientras me apoyaba en su hombro.

— Soy tu abuela, mi deber es cuidarte; aun si te crees una adulta. Ah y, tu primo te está llamando. Sonaba molesto, así que si fuera tu, correría.

¿Y ahora me lo dice?.


...

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