𝑼𝒄𝒉𝒊𝒉𝒂: 𝑯𝑰𝑫𝑬𝑵

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— Entonces... ¡¿El plan siempre fue revivir a los Hogakes?!

Grite con euforia, seguido de un claro avergonzamiento, deseando que la tierra me tragara de una vez por todas...

📍Guerra.
⌛️ Dos horas atrás...

— Así que... ¿que planeas Orochimaru? — dije caminado a su lado mientras sasuke venía atrás de mi, aún molesto por mi futura boda. Ni explicándole con manzanas lo hacía entender. —

Aparte de que Sasuke, no me había dejado volver al campo de batalla, más bien no quería quedarse solo con Orochimaru.

— Oh por cierto, necesito que libres el sello que corrompe mi Chakra...

    —Lo verás en seguida... — me miro de reojo— ¿Sello? Así que despertaste el Mangekyō. — rebuscó entre su túnica, sacando un pergamino— Es ese, pero necesitas gastar todo el Chakra primero, al punto de estar acostada o al borde de la muerte; liberas el sello y con ello una reserva.

— De verdad que eres terrible. — mencione guardado el pergamino, una gota de sudor resbaló de mi frente frustrada por lo imprescindible que podría ser Orochimaru, creí que tendría que abrirme el estómago y quitar tal sello.

Tenía aún Chakra así que no podría aún hacer eso que dijo.

   Suspire y seguí caminando a su lado.

— Sasuke... — el mencionado giro a verlo, y me extrañe por su cambio drástico —Necesito cuatro cuerpos...

Ahi frene en seco... maldita sea era obvio que iba hacer algo así.
¿Pensar en confiar de nuevo?
¿Perdí la cabeza acaso?
Tome de su mano frenando su paso.

— ¡¡¡Te pido por favor Orochimaru, no más muertes, deseo de corazón ya no estar de lado de los malos ya no quiero, ya no, ya basta!!! — este hacía caso omiso— ¡Te mataré si haces algo idiota!

Comencé a jalar de su brazo tal cual fuera una mocosa de diez años, claramente fallado ante sus jaloneos y quejidos.

Orochimaru sólo le indicó a mi hermano que me cargara.
Patee su espalda pero no hacía efecto. Aún que se que le dolía pues se quejaba.

— ¡Revivirás asquerosos asesinos y ratas de alcantarilla! — seguí gritando.

Hasta que Sasuke golpeó mi trasero, demasiado fuerte.

— ¡¿Quieres quedarte quieta por una vez en tu vida?!

Me gritó, un grito de regaño que hacía años no escuchaba. La última persona que me había gritado de esa forma había sido...

Itachi.

Deje de patear su espalda y sonreí con nostalgia, dejando salir un gran suspiro.
No tenía ni una hora de haberse ido para siempre... y ya le había de menos.

Todo en mí volvió a cambiar en cuanto vi que llegábamos a Konoha... ¿por qué aquí?

Volví alterarme en cuanto recordé el plan de orochimaru.
Revivirá a lo peor de lo peor, a los más sanguinarios y deshonestos qué hay, hará que la guerra sea peor de lo que ya es.

   Al llegar al que solía ser un santuario de mi aldea, los uchiha. Ahí, Orochimaru realizó su ritual, pero era diferente.

Sasuke me bajo, prometiéndole no meterme en aquel ritual.
Solo cerré los ojos, ideando una estrategia factible para escapar en cuanto los muertos revivan.