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I can see the sands on the horizon
Every time you are not around

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last chapter

Las flores del cerezo ya deberían estar cayendo justo ahora...

Cubrí mis pies con el resto de la frazada que me habían dado hace rato, pedí otra en dado caso de que Kakashi se pusiera de malas y me negara más privilegios, como hace días que se negó a traerme unos dangos.

Maldito anciano.
    De anciano sólo el cabello, el tipo estaba demasiado bien para su edad.
Suspire dejado salir un humo poco visible debido al frió que había en la habitación, me gustaría siquiera poder ver un punto fijo, pero la venda sobre mis ojos me impedía hacerlo.
Si tuviera la habilidad de los Hyuga sería increíble.

— Uchiha Kiyomi.

— ¡esa soy yo! — canturreó con el fin de molestarlo.

— Tsk, tienes visita.

Los pasos del guardia se alejaban a la brevedad que escuchaba otros acercarse.
En estos tres meses había desarrollado bien el sentido del oído, mismo que fue gravemente dañado en la guerra a causa de las explosiones y detonaciones.
Me había vuelto buena en eso.

— Vas hacer que te dejen más tiempo, idiota. — escuché a lado de mi celda como mi hermano recargaba su cabeza, hice lo mismo, sintiendo que de esa forma estábamos más juntos y que no había una pared de concreto separándonos.

— Sabes bien que me da igual, al fin de cuentas soy la favorita de Kakashi. — reí y escuché como el bufo.

— ¿Y quien te dijo eso?

— Pero miren, el rey de Konoha llego. — reí mucho más fuerte — ¿entendiste mi sarcasmo?

— Por favor Kakashi — hablo mi hermano— saca ya a mi hermana antes de que le de una enfermedad mental.

— A eso mismo vengo. — hablo Kakashi, percibí que estaba frente a mi celda. — Gaara, tu prometido ha logrado convencer a los ancianos y ha puesto su vida en ello, y con Sasuke, está mi cuello en juego si comete una estupidez mas. — suspiro — Ambos hermanos Uchiha serán liberados el día de hoy.

— ¿Bajo qué condiciones? — mencionó mi hermano.

Kakashi se quedó en silencio, dejado salir un suspiro que no me daba buena espina.

— No me haces idiota Kakashi, se que buscas algo a cambio, y no dejaré qué mi hermana esté fuera si cargará con algo. — sus candelas se movieron— yo asumo todo castigo que sea implementado.

— No creó que aceptes casarte con el kazekage de Sunagakure. — dijo frustrado.

El silencio fue ahora gobernante de aquella cueva fría donde apostaba solo estar nosotros tres.
Kakashi parecía permanecer serio ante su palabra, misma que no me sorprendió debido a que me esperaba aquella petición, tenía el anillo... ¿por qué esperar?

— Los ancianos piden la unión de Gaara y Kiyomi con urgencia, si es verdad que ella se reformará bajo el mando de él, prefieren que ambos caigan al abismo juntos — ahora Kakashi estaba frente a mi celda — ¿estas de acuerdo con eso?

— No es algo que no supiera desde antes.

— ¡Kiyomi!

— ¡Sasuke! Por favor es solo un matrimonio, estaré libre y así abogare por tu libertad, o a caso... ¿debo recordarte todo lo que has hecho?

Y él silencio fue ahora su respuesta.
Sabía exactamente qué los altos mandos no perdonarían sus actos terroristas.

— Ella tiene razón Sasuke, que ellos quieran que la boda sea rápido, nos beneficia. Significa que Kiyomi tendrá poder en las decisiones que se lleven a cabo en tu juicio, al ser la mujer del Kazekage...

— Hagan lo que quieran, me da igual.

Suspire frustrada por la situación, sabía que Sasuke tenía un conflicto sin resolver aún con Gaara, pero el odio se había extendido al punto de odiar la idea de verme casada con él.

— Bien, vamos Kiyomi.

La Celda fue abierta y con ello, la venda obscura que me cubría mis ojos para evitar usar mi Sharingan y Kesshō fue descubierta, permitiéndome ver el lugar por primera vez en tres meses.

— Lo imaginaba más hogareño. — hablé con claro sarcasmo en mis palabras, mismas que hicieron que el hombre de cabellos grises rodara sus ojos.

— Algo tenías que tener de Sasuke.

Una vez liberada, visualicé que mi hermano aún estaba recargado con la pared cerca de las rejas, tenía sus ojos cubiertos y a causa de haber perdido un brazo, las cadenas estaban en sus pies.

— ¿Te sientes mejor? — susurre acercándome a él. Mientras Kakashi llenaba mis papeles de salida.

— ¿alguna vez lo estuve? — furci el ceño ante la modesta repuesta de mi gemelo, la cual cambió a una de confusión por su repentina sonrisa — estoy jugando, claro que estoy bien.

Él tenía su mano en la celda, me acerque dejando la mía sobre ella.

No la alejo...

— Ten cuidado. — me susurró — no me permitirá que volvieras a sufrir por algo mío...

— Tu me darás tu dolor, yo cargaré con el a partir de ahora, Sasuke. — sonreí dejado una lagrima caer sobre mi mejilla.

Suspire soltado la barandilla.
Kakashi dejó su mano sobre mi hombro, indicándome que siguiera el camino.
Tenía tres meses en los cuales había tenido prohibida la vista, tanto como a mi hermano como a mi, no nos molestaba pues nos teníamos a los dos.
En ese corto pero largo tiempo, conocí más a Sasuke.
No hubo necesidad de ver sus expresiones fáciles, tocar su mano cada cuando hablaba lo duro que fue vivir siendo excluido de las personas.
La comunicación no es solo cuestión de hablar y verse, a pesar de estar una muralla entre ambos, se puede trasmitir el mensaje interpretando desde tu perspectiva lo que escuchas. Dejado volar la imaginación en muchos casos, siempre y cuando estemos aferrándose a la realidad.

Los delitos de Sasuke eran más imperdonables que los míos, pero no me escapé del castigo de estar encerrada, menos mal quitaron el castigo de ejecución.

Mi destino estaba marcado.

Y ahora no me desviaría de eso...

𝑼𝒄𝒉𝒊𝒉𝒂: 𝑯𝑰𝑫𝑬𝑵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora