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📍capítulos completamente actualizados//editados

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Debía hacer que de alguna forma u otra, entrara a mi infierno.
     Recupere el aire en cuento soltó mi cuello para arrojarme lejos. Dolió como nada por la roca en la cual había sido tirada, pero el respirar me hacía olvidar ese dolor.
Él se acercó, ahora con pasos lentos.

— Entonces, solo me servirás para darme herederos fuertes y ya... que lastima — acercó su rostro al mío— estarás en una celda el resto de tu vida... ¿eso quieres?

Alcance a elevar mi vista hasta llegar a la suya, su frialdad de traspasaba por el Sharingan, era aterrador pensar que si él quisiese, ya me habría asesinato desde hace rato.

— Jamás haría algo como eso... — escupí con dolor — no pienso dejar que me toques...

Arqueo la ceja.

— Muéstrame... — le mire confusa al ver que no dijo nada más, ignoró mi comentario por completo — Muéstrame de cercas como cambian tus ojos con tu Dōjutsu.

Quiera ver mi Kesshō.
Claro, quiere arrebatarme mis ojos.

— No. — intenté incorporarme.

— No te haré nada, quiero verlo. — mire su relajado rostro — quiero ver el dichoso infierno. Vamos, no tengo todo el tiempo del mundo.

Dudaba en hacerlo, pero... ¿cómo es que?
Ni siquiera lo preguntaré, él muy idiota tuvo que saberlo o deducirlo en la batalla que tuvimos, ya que en incontables veces intenté meterlo en mi infierno al atacarlo y fallar en eso.

— Para eso, debo herirte de gravedad. — sonrió — debes estar entre la vida y muerte para entrar a mi infierno.

— Entraremos al mío, preciosa...

En eso, sentí un punzante dolor que causó que mi Kesshō se activara, Madara me obligó a verlo directamente sin saber que estaba ya en un Genjutsu.
Me confié de más...

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GAARA

Mis pies suplicaban con lentitud que parara, pero ahora no podría conceder ese privilegio.
Detrás de mí tenía al gemelo de mi amada, pisándome los malditos talones luego de casi triturarmelos hace minutos atrás.
Su respiración seguía agitada, no por el estar corriendo sin control en busca de Kiyomi, si no que su coraje hacía mí era más intenso que el fuego que estaba frente nuestro.

Había estado hablado a Kim desde hace rato atrás, luego de que me explicaran que su habilidad "inferno" tuviera un límite, tenía que asegurarme de que ella no usara dicha habilidad con Madara. Ella es fuerte, confiaba plenamente en sus ataques brutales y en su inteligencia, puede dejarlo inconsciente y huir sin problemas.

Confío en ella.
Cosa que me gustaría que su maldito hermano entendiera.

— ¡Ya pasamos por aquí! — gritó llagando a mi lado sin detenernos — Te juro por todo que si ella esta muerta, ni siquiera tus huesos quedarán...

𝑼𝒄𝒉𝒊𝒉𝒂: 𝑯𝑰𝑫𝑬𝑵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora