Capítulo 3: Un buen inicio (+18)

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Un buen inicio





Cuando escribí mi guion, recuerdo haber escrito que Tom tenía padres. Jacob y Erika Riddle. Y que estos tenían el aspecto físico de Rachel James y Christopher Morgan. También recuerdo que lo taché, pero no recuerdo haberlo borrado del papel en si. Y tal vez ese fue mi problema.

Un silencio sepulcral llenó la habitación, y la decepción mi pecho. Varías veces le había preguntado a Tom por sus padres y su infancia, y siempre me decía lo mismo. "Están muertos y no recuerdo parte de mi infancia. Tampoco quiero hablarte de ella"  Y en ese momento yo los veía bastante vivos para estar 3 metros bajo tierra, como me había dicho él todas las veces que intenté tocar ese tema ¿Por qué no me sorprende que me mienta?

— De acuerdo, eso no me lo esperaba — la voz de Ginny rompió el silencio, y con eso, yo reaccioné y giré mi cabeza en dirección a Tom, el cual me miraba expectante, como esperando mi reacción.

— ¿Tu tienes padres? — fue lo primero que solté. Una especie de alivio cruzó por sus ojos, pero se esforzó en disimularlo.

— No, Adele, me trajo una maldita cigüeña.

— Dijiste que estaban muertos — le dije con un tono brusco. Entornó sus ojos entre los adultos a un lado de la puerta y luego volteo a verme a mi, sin demostrar gran cosa en sus ojos.

— Tal vez te mentí respecto a eso — murmuró por lo bajo.

— Tom.

— ¿Podríamos tener esta conversación después? tu no quedas inmune de mentiras tampoco.

— ¿De qué carajos hablas? — fruncí el ceño.

— Nos ha contado muchas cosas sobre ti — interrumpió Erika nuestra conversación con una pequeña sonrisa —. Quise conocerte desde que Tom nos dijo que pasarías las navidades pasadas con nosotros, pero al parecer tenías mejores cosas que hacer y me dejaste con las ganas — acomodó un poco su cabello, y por alguna razón me tomé su comentario muy personal. Es venenosa pero sutil —. Me recuerdas mucho a tu madre.

— Es la hija de Annalise, ¿No? — habló su padre.

— ¿Que otra persona del mundo mágico conocemos que se apellide Leblanc, maldito descerebrado? — le preguntó Erika volteandose a verlo como si fuera estupido.

¿Que clase de problema matrimoniales deben tener para tratarse así?

— Vuelveme a hablar así y te mato a crucios — la amenazó y yo alcé las cejas con impresión. Que fuerte.

— Me gustaría ver que lo intentaras, pitocorto — le respondió ella entornando los ojos. Me volteé a ver a Gellert ignorando su estúpida pelea.

Admito que me dieron Riddlewald vibes

— ¿Te gustaría explicarnos? — habló Lupin dirigiéndose a Sirius, el cual solo se encogió de hombros mientras movía un poco su copa de vino, queriendo fingir que no era la gran cosa lo que estaba sucediendo.

— Están dispuestos a proteger a Harry. Ya negociamos. Y mientras más, mejor — fue lo que dijo.

Volví a ver a Tom, y el correspondió a mi mirada. Apreté los labios y volví a mi comida sin detenerme a verlo otra vez. La decepción quemaba mi pecho ante la maraña de mentiras que me había tendido por todo un año. Sus padres estaban más vivos que yo, y aún así no tuvo la decencia de decirme que iban a ir. Aunque yo tampoco puedo pedirle honestidad cuando mi existencia ahí es una vil mentira.

Stupid Girl #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora