Capítulo 52: Sin mentiras, ni engaños

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Sin mentiras, ni engaños






Dos días después, Tom ya estaba bien, pero yo me tomé un día extra para descansar, ya que realmente no lo había hecho al estar muy preocupada por Marvolo. Cuando me aseguré de que ya estaba sano, me tomé la libertad de darle su espacio y dejarlo resolver sus problemas y se preparara para nuestra muy importante conversación.

Había pasado una semana. Iba saliendo de clases cuando Pansy se me acercó con una pequeña nota entre sus manos y una sonrisa burlona, la cual no desapareció cuando me la entregó.

— Tú y Riddle en serio necesitan pagarse terapia de pareja — murmuró divertida, despidiéndose con un gesto una vez el papel estuvo en mis manos. Lo abrí, más o menos imaginándome por parte de quien era.

"Lago negro. No es pregunta.
-T."

Con una sonrisa, fui, y ahí estaba él; mirando fijamente las olas moverse sobre la superficie del lago, con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Me acerqué hasta quedar a su lado, y le sonreí un poco, aunque no me estaba mirando. Se veía serio, tenso y algo preocupado. No lo presioné, ya que asumí que lo que estaba a punto de decirme era tan importante como lo habría previsto.

— Fue una petición de Erika — habló Tom después de un rato, deteniendo mi corazón —. Todo comenzó cuando le hablé de tu magia por primera vez. Me dijo que te mantuviera cerca y estudiara cuidadosamente el comportamiento de tu poder, para que cuando volviera a verlos, les contara lo que había visto. Lo hice, y me entregó el diario de Amanda. "No le digas de donde lo sacaste" dijo, y así lo hice –– se encogió ligeramente de hombros ––. Pensé que solo se trataba de otro de sus juegos de poder, hasta que nos vimos en la casa de los Black y les dije que no había encontrado nada respecto a los Horocruxes –– lo miré sorprendida ––. Si, lo siento, sabían de eso también.

–– Me lo imaginé –– murmuré, pero no dije nada más para que siguiera hablado.

–– En Griammund Place me pidieron que consiguiera que filtraras tu magia a toda costa –– chasqueó la lengua ––. Erika dijo que no se fiaba de que fueses a ayudarnos con nuestro pequeño problema por tu cuenta, entonces no te quería a ti: quería tu poder, y aunque Jacob intentó hacerla entrar en razón, ella pudo con él y ambos se convencieron de que lo mejor era que me dieras tu poder.

« –– Era la mejor forma de hacerlo, Yei –– volteó a verme, suspirando ––. Sabes que ni siquiera en ese momento hubieras confiado en mi para cederme algo tan delicado cómo tu magia, entonces preferí destrozarlo todo contigo para que no fuera tan difícil aceptar el que te había traicionado –– apretó los labios ––. La idea principal era que filtraras tu magia sin tú saberlo, pero temía estar demasiado enamorado para ese momento, entonces lo arruiné descaradamente para que estuvieras consciente de lo que hacía y te decepcionaras tanto que lo me cedieras la magia para conseguir algún beneficio a cambio, y no por cariño a mi.

–– Hubiera funcionado de no ser porque Erika y yo hablamos en navidad –– confesé en la baja, viéndolo con atención. Asintió.

–– Lo sé, porque fue por culpa de ella que todo se jodió — chasqueó la lengua —. Erika me presionó. Día y noche diciéndome con cuánta urgencia necesitábamos tu magia, y se detuvo de repente cuando pasamos la Navidad en la casa de los Black — se encogió un poco de hombros —. Horas antes de su encuentro en la chimenea me había dicho que ella misma se encargaría, pero nunca lo hizo. Sus palabras fueron: "No necesitamos sus poderes cuando ella misma puede hacerse cargo de nuestro pequeño problema. Te ama, y eso es suficiente para que lidie con eso por voluntad propia."

Stupid Girl #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora