Capítulo 54: Renuncias

4.1K 518 480
                                    









Renuncias







–– ¿Qué hiciste ahora? –– preguntó Pansy, llegando a mi lado, confundida. Voltee a verla, tomando de mi taza de café y tragué, enarcando una ceja.

–– ¿Umbridge ya se dio cuenta que cambié las bolsas de su té por abono? ––– cuestioné, sonriendo de medio lado, divertida. Lució aún más confundida.

–– ¿Cómo...? –– meneó su cabeza, sin querer saber realmente ––. Olvídalo; vengo de clases con ella y cuando estaba saliendo escuché que le pidió a Nott que te llevaran a ti y a Tom a dirección, ¿en qué problema se metieron ahora? –– cuestionó, luciendo algo asustada. Alcé las cejas, justamente viendo cómo Theodore entraba viendo alrededor del lugar, seguramente buscándome.

Me encogí un poco en mi lugar, tratando de pensar que pudimos haber hecho para que nos llevaran a dirección en lugar de a su oficina. Los ojos marrones de Nott chocaron con los míos, y me llamó con un simple movimiento de sus dedos. Suspiré, levantándome y notando como las cejas de Pansy se contraían con preocupación.

–– Estaré bien –– le hice saber, y me incliné para decirle algo en voz baja ––. Si desaparezco misteriosamente, mátenlo a él.

Rio un poco, aunque igual lucía preocupada. Salí del gran comedor, evitando a Theodore, pero me alcanzó en uno de los pasillos , supongo que para asegurarse que estuviese siguiendo el camino que era.

–– Tienes que ir hacia la oficina de Dumbledore –– me avisó, como si ya no lo supiera.

–– Ya sé –– me limité a decir, tajante.

–– ¿Sigues molesta conmigo, pequeña Grindelwald? –– quiso saber, enarcando una ceja.

–– No tengo porqué. No eres tan importante –– me encogí de hombros, indiferente. Rio.

–– Ah, voy a disfrutar tanto ver como te castigan a ti y a tu noviecito –– la sola mención de Tom hizo que me ardiera el cuello, pero me mantuve seria ––. Me pregunto que habrán hecho.

–– Seguramente ya lo sabes. Teniendo en cuenta que eres la zorra de Umbridge, no me sorprendería que tu fueses quien nos metió en problemas, para empezar –– solté, aunque estaba pensando muy cuidadosamente en todo lo que había pasado estas tres semanas en las que Marvolo y yo nos habíamos arreglado. Según yo, no habíamos hecho nada malo. Solo coger, estudiar juntos para los TIMOS, ir a clases, y a veces me acompañaba a la cocina para ayudarme con la parte del castigo pesado.

–– Somos tal para cual, entonces: La zorra de Hogwarts, y la zorra de Umbridge –– se burló, pero no me hizo ni la más mínima gracia. Me limité a rodar los ojos y seguir con mi camino mientras escuchaba por todo ese tortuoso camino como él no paraba de hablar. Sabía que me irritaba, y eso lo usaba a su favor para sacarme de quicio.

Apenas llegamos a la oficina de Dumbledore, él se quedó de pie en la entrada y se despidió con un gesto burlón de sus dedos. Volví a ignorarlo, y subí, algo cohibida al ver que frente a mi estaban Albus, Severus y Umbridge. Me detuve al lado de Tom, viéndolo de reojo para saber que tan grave era el asunto, pero se veía aburrido, como si estuviese viendo la película adolescente más cliché y estúpida del mundo.

–– Señorita Leblanc –– Albus me saludó con cortesía, y yo correspondí con un pequeño asentimiento de cabeza ––. Señor Riddle. Lamentamos la... formalidad de la situación, pero pensamos que esto era un asunto que no debía de ser tratado con mucho publico...

Stupid Girl #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora