Stupid Girl #2

Capítulo 45: Cartas perdidas

Cartas perdidas

— Tengo sueño — murmuré, acomodando mi cabeza sobre el regazo de George, el cual empezó a acariciar mi cabello mientras que Fred acomodaba los bolsos en la parte de arriba del asiento.

— Te diría que durmieras, pero te conozco y sé que no lo harás porque no quieres estropear tu horario de sueño — dijo George, rascando un poco mi cabeza.

— Qué bueno que lo sepas — murmuré, antes de bostezar.

— ¿Te gustó pasar las vacaciones con nosotros, Addy? — preguntó Fred sentándose frente a nosotros, y yo asentí casi de inmediato.

— Si fuera por mí me hubiera quedado allá durante toda mi vida — respondí riendo.

— Entonces si te gustó — asumió con una sonrisa.

— Me encantó — dije —. Créanme que volvería a pasar vacaciones de Navidad con ustedes.

— Entonces hazlo — dijo Fred —. La navidad que viene también estás invitada.

Sonreí, enternecida.

— Gracias, Freddie.

El expreso arrancó y yo abracé a George por la cintura mientras intentaba dormir. Él se quedó hablando con su gemelo por un rato mientras que yo pensaba en muchas cosas que tenía que descubrir. En un momento dado, Fred salió, dejándonos solos a mi y a George en ese ambiente de confidencialidad que entendíamos.

— ¿Estás dormida? — preguntó quitando un mechón de cabello de mi rostro.

— No — murmuré, sin querer verlo.

— ¿Qué te pasa, Adele? — quiso saber, moviéndome un poco para verme, pero me aferre más a su cintura —. Estás increíblemente extraña desde ayer en la noche, ¿qué te sucede?

— Volví a Hogwarts y no recibí ninguna carta de Gellert... — murmuré, notando como se tensaba entre mis brazos. Se quedó unos segundos en silencio, sin saber que decir, y yo me incorpore en mi lugar, viéndolo con seriedad.

<< — ¿Es sobre eso? — pregunté —. ¿Tiene que ver con Gellert lo que sea que hizo Ginny?

— Adele... — intentó hacerme mantener la calma.

— George, ¿qué hizo? — cuestioné, frunciendo el ceño. Apretó los labios.

— No puedo decirte...

Esas palabras me cayeron como golpes en el pecho. Ya sabía que había hecho algo, pero que me lo ocultaran así, tan descaradamente... apreté la mandíbula, sintiendo mi nariz arder.

— ¿Por qué no? — cuestioné.

— Te vas a molestar — aseguró.

— Ah, ¿más? — reí con sorna y me puse de pie, seguida de él —. ¿Están tramando algo a mis espaldas? ¿O haciendo algo en mi contra? ¿O intentando mandarme a la mierda? ¿O...?

— Adele — me tomó de las mejillas y me hizo mirarlo, pero me quité de su agarre —. Por Merlín, Addy, ¿Quién te hirió tanto como para que pienses que todos a tu alrededor quieren hacerte daño?

— Personas como tú que me ocultan cosas porque piensan que es mejor para mi si no las sé — lo empujé, y trastabilló un poco, frunciendo el ceño —. Dime qué hizo Ginny.

— Adele...

— No lo volveré a preguntar — puntualicé, cruzándome de brazos. Suspiró, meneando la cabeza.