Capítulo 24: Elfos

4.2K 584 539
                                    








Elfos





— Grindelwald — escuché que me llamaron a mis espaldas.

Lancé un suspiro y me volteé en dirección a Theodore Nott con una sonrisa forzada. ¿Este pendejo no se cansa de joder?

— Nott — me crucé de brazos — ¿Que quieres? Ahora mismo estoy algo apurada y no tengo tiempo de rechazarte.

Se rió de forma encantadora con un ligero sonrojo expandiéndose por sus mejillas. Llegaría a verse tierno si no me irritara tanto por alguna razón. Me caía exageradamente mal, y no había un por qué específico (aparte de lo de mi habitación, claro), solo no me daba buena espina.

— ¿No puedo venir a saludar a una amiga? Tengo tiempo sin verte por ahí — alzó una ceja ubicándose frente a mi.

— No somos amigos — tajé.

— ¿Entonces... No puedo venir a saludar a una conocida?

— Lo único que sé sobre ti es tu nombre.

— Pero yo si sé un par de cosas sobre ti — murmuró sonriendo ligeramente.

— Si, ya me lo dijiste — repliqué.

— Me refiero a otro tipo de cosas.

Resoplé y le di la espalda, lista para seguir caminando sin darle importancia.

— No me interesan los nuevos rumores que hayan corrido sobre mi. Vete a la verga.

— Espera, espera — se ubicó frente a mí, interrumpiendo mi paso nuevamente — ¿Y si te dijera que vi a tu mejor amiga Parkinson hablando con tu noviecito Riddle? — alzó una ceja con una sonrisa burlona. Imité su gesto.

— No tienes nada mejor que hacer con tu vida más que estar pendiente de la mía, ¿Verdad, Nott? — cuestioné con cansancio.

— Estaban juntos en el baño de menesteres abandonado — siguió, tal vez tratando de ponerme celosa; pero eso no iba a pasar —. El de Mirtle. Y estaban discutiendo. Parecían muy molestos, pero estaban ahí. Solos. Quién sabe que hicieron después — murmuró viéndome con atención, pero no hice ninguna expresión de vulnerabilidad. Solo lo vi con algo de pena, chasqueando mi lengua.

— Ten — saqué del bolsillo de mi falda 5 galeones y los dejé en el suyo —. Ve a ver si con eso puedes completar lo que te falta para comprarte una vida propia.

— Solo trato de ayudarte — explicó fingiendo inocencia en lo que veía un tanto divertido el sitio donde le había dejado el dinero. Rodé los ojos.

— Pues gracias, pero no necesito tu ayuda — traté de seguir con mi camino, pero volvió a interrumpir mi paso. Coñoesumadre con este mamaguevo.

— Te están viendo la cara de estúpida — replicó.

— Puedo tener cara, pero tan estúpida no estoy — bufé tratando de escapar otra vez, sin éxito alguno.

— Ah, ¿Entonces me vas a decir que ya sabías que Pansy y tú novio se estaban viendo a tus espaldas? — preguntó burlón.

— No es tu problema — coloqué mi mano sobre su rostro, empujándolo hacia un lado, resoplando y siguiendo mi camino hacia la cocina, ya que era mi primer día de castigo con los elfos.

Desde el día que pasó lo de Hermione y yo, no volví a salir de mi habitación hasta que terminó mi expulsión, ni siquiera para comer, ya que Pansy me hacía el favor de llevarme comida. Fue la única que me vio la cara hasta que terminó la semana, cosa que fue muy poco después de mi cosa con Her.

Stupid Girl #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora