Capítulo 46: Malévolo cucarachon se nos puso sentimental

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Malévolo cucarachon se nos puso sentimental






— Es como la décimo quinta vez que me pides que te acompañe a orinar — me quejé, frotando mis brazos por lo frío que estaba Hogwarts esa noche. No tenía suéter, ni una piedra mágica de calefacción en mi bolsillo, ya que tampoco tenía bolsillos: y aún así ahí me tenía Hermione, caminando como enferma por el colegio porque no sabía controlar su vejiga. Qué maravilla.

— Tomé mucha cerveza — se excusó ella, volteando rápidamente para seguir caminando, acelerando su paso. Resoplé.

— ¿No te puedes poner a mear detrás de un árbol? Nadie se va a dar cuenta — gimotee, cansada. Mis pies me estaban matando por culpa de los malditos tacones que había decidido llevar.

— ¿Tú lo has hecho? — me preguntó, irónica.

— ¿Crees que te lo estaría diciendo si no? — alcé una ceja.

Her rodó los ojos.

— Vamos — me tomó del brazo y me hizo apresurarme. Resoplé y me moví a su ritmo. Estaba apurada, y con razón: se había bebido como 5 cervezas en menos de 30 minutos, probablemente estaba por explotar.

Intentó crearme tema de conversación en lo que caminábamos, seguramente para distraerse, pero yo no tenía muchas ganas de hablar. Seguía molesta por lo de las cartas, y aunque ya le había escrito a Gellert y esperaba a que todo estuviera bien entre él y yo, ya no iba a ser lo mismo con ellos. No después de esa estupidez que hicieron.

Llegamos a los baños y la esperé en el pasillo, pensando en que era un buen momento para cambiarme los zapatos, ya que estaba relativamente cerca de la sala común de Slytherin.

— Aprovecharé de buscar algo en mi habitación — le dije a Hermione cuando salió del baño —. No me esperes — seguidamente fuí de camino a las mazmorras, y ella no puso objeciones y se fue por su lado.

Sentí paz esos pocos minutos que estuve caminando sola con mis pensamientos hasta la sala común: y esa paz se explotó como una burbuja cuando entré y divisé a Tom y a Pansy sentados juntos... solos. Parecían estar teniendo una conversación importante, ya que hablaban con murmullos que apenas se distinguían en el silencio del lugar.

Apreté los dientes, y me fui por la zona de pilares para no molestarlos, aunque mi plan no salió muy bien, ya que Pansy si me notó.

— Hablando de la reina de Roma... — se rió para si misma —. Hola, Adele.

Detuve mi paso, apreté mis ojos, suspiré y me dispuse a voltear hacia ella con una sonrisa amable decorando mis labios. Me acerqué a ellos como si nada, fingiendo serenidad, pero por dentro sentía que me iba a explotar el pecho de los incontrolables celos que estaba reprimiendo en ese momento.

— Hola — la saludé y miré a Tom — ¿Hola? — dije no muy segura de si debía saludarlo.

Él me hizo un gesto con la cabeza a modo de saludo y permaneció serio en su sitio. Tanto Pansy como yo lo miramos; ella parecía esperar a que dijera algo más, y yo... solo lo estaba observando, pensando en que los 18 le quedaban de maravilla. Aunque lo nuestro ahora es ilegal...

— ¿A dónde vas? — me preguntó Pansy, volteando hacia mí con una pequeña sonrisa.

— Ah — volví a verla a ella —. Voy a buscar unas cosas a mi habitación para después ir de vuelta al bosque prohibido — dije, y le brillaron un poco los ojos.

Stupid Girl #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora