Capítulo 7: Yo para ti, tú para mi

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Yo para ti, tú para mi






Entré a la sala común de Slytherin preparándome para lanzar putazos. Si Pansy no me hubiera dicho eso último, lo máximo que hubiera hecho, habría sido hablar con él, pero no, con eso cruzo el límite de los límites. Trato de hacerlo a la fuerza conmigo. Sus palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza, haciéndome sentir rabiosa.

Era demasiado, incluso para mí. Tenía un nudo horrible en el estómago y sentía la bilis en la garganta. Lo vi de pie cerca de los sillones hablando con las mierdas a las que llamaba amigos. Me da asco solo mirarlo. Cuando me vió llegar, me sonrió y se empezó a acercar.

— ¡Leblanc, ven! — me llamó —. Te tengo una pregunta.

Pregúntame esta, desperdicio de semen — respondí para seguidamente lanzarle un putazo a lo Hermione.

Los imbéciles a los que llamaba "amigos" se echaron para atrás cuando el dió dos pasos en reversa. Me quité la túnica del uniforme quedando en ropa normal y preparándome para darle su merecido.

— ¡¿Que demonios, Adele?! — me gritó.

Se comió otro putazo en la nariz, y esta vez se la rompí. La sangré salpicó mi brazo y un poco de mi rostro, pero no le presté atención a nada en ese momento. Tengo mucha adrenalina encima.

— ¡No me grites, maldito condón roto! — lo tomé de la túnica y lo acerqué a mi —. ¡Estoy harta de tenerte paciencia! ¡Te aguanté los gritos, las mentiras, los engaños y toda mierda, pero el que intentarás hacerle tal cosa a Pansy no te lo voy a perdonar jamás jodido imbécil! — le di una patada en las bolas y cayó de rodillas al suelo. Lo tomé de los cabellos de la nuca y lo hice mirarme — ¡Las mujeres no se tocan, no se golpean y no se les grita! ¡Métete eso en las insignificantes dos neuronas que te quedan!

— ¡Estaba borracho! — se intentó justificar como pudo.

Ah, entonces si sabes de que hablo.

Le lancé otro golpe, ahora rompiéndole la boca. Sus amigos quisieron interferir, pero saqué mi varita y los apunté con ella, manteniéndolos alejados.

— El que se nos acerqué terminara paralizado — les advertí y volví a mirar a Draco —. Y tú, ¿En serio crees que estar borracho es una excusa para hacer tal estupidez? — otra cachetada — ¡Maldito imbécil eso no es una puta excusa?

Le metí un rodillazo en el abdomen y otro golpe en la cara. Hoy amanecí re loca.

— ¡Sueltame! — exclamó y me tomó con fuerza de las muñecas. Me salí de su agarre y lo empujé con fuerza hacia atrás logrando que cayera sentado.

Di un pisotón entre sus piernas muy cerca de sus bolas, y él se sobresaltó mirándome con lágrimas de sangre bajando por sus mejillas por mis golpes. No sentí lástima, ni remordimiento. Sobrepasaste mi límite de paciencia.

— Si me vuelvo a enterar que le hiciste lo mismo a Pansy o a cualquier otra chica de Hogwarts, te castro, Draco — dije, sería —. No estoy jugando. Y ojalá que no me llegue a enterar que te le acercaste a Pansy otra vez, porque no te lo voy a perdonar. Si esa chica llega a tener un maldito rasguño me encargaré yo misma de lanzarte por un abismo, porque eso es lo que merecen mierdas como tú.

— Ah, ¿Ahora tu y Pansy son amigas? — no sé de dónde sacó los huevos para hablar — ¿También te la cogiste, Leblanc?

— ¿Celoso de que yo puedo tener sexo sin forzar a nadie? — alcé una ceja.

Stupid Girl #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora