Stupid Girl #2

Capítulo 15: Believer

Believer

— Ten — le pasé a Pansy la tablet —. Cuando de el primer golpe quiero que empieces a reproducir la Playlist — pedí con una pequeña sonrisa.

— ¿Estás segura de esto? — preguntó —. Te puedes meter en problemas.

— Realmente es lo menos que me importa en este momento. Tengo las pruebas de que ella se metió conmigo primero y también sé quiénes son sus cómplices — dije.

— ¿Quiénes? — preguntó con el ceño fruncido.

— No arruines la sorpresa — pedí ensanchando mi sonrisa —. En fin, ¿lista?

Se quedó unos segundos en silencio mientras me veía con indecisión.

— Si — dijo no muy segura.

— Aunque, ¿Sabes que? — busqué una canción específica en la playlist —. Pon está canción cuando abra las puertas, y cuando de el primer golpe, cambiala a esta y después a esta — moví todo rápidamente antes de alejarme, lanzando un suspiro de satisfacción —. Ahora si, ¿Lista?

— Si — asintió, todavía con ese ápice de inseguridad en su rostro. Le sonreí de forma tranquilizante colocando mi mano sobre su hombro.

— Descuida, todo saldrá bien — quise convencerla con mis ojos, aunque no funcionó tan bien. Pansy me vió una ultima vez con duda antes de entrar al gran comedor y cerrar las grandes puertas a petición mía. Tomé una profunda respiración, preparándome para lo que seguramente se me venía encima. Estaban los profesores y la mayoría de los alumnos allí, más me pasé todo eso por las tetas e igualmente llevé a cabo mi venganza, sin detenerme a pensar en las consecuencias que recaerían en mí después.

Abrí las puertas del gran comedor de par en par, justo cuando empezó a sonar That Bitch de Bea Miller. Sonreí ligeramente, agradecida con mi Dj Pansy por su colaboración.

Todas las miradas se posaron en mí y yo moví mi vista por todo el gran comedor en busca de Daphne. Al divisarla, una sonrisa burlona tiró de sus labios y agitó sus dedos en mi dirección, saludándome con cinismo. Le devolví el gesto y empecé a caminar hacia ella, escuchando los regaños de Snape al fondo en lo que avanzaba.

Que empiecen los septuagésimo sextos juegos del hambre, y que la suerte esté siempre de su lado.

Apoyé mis manos sobre la mesa de Slytherin a la vez que un grupo de estudiantes se colocaba a nuestro alrededor. Los culpables estaban juntos, entonces no tenía que caminar demasiado para encararlos uno por uno; me dejaron el trabajo fácil.

— ¿Te gustó la remodelación? — preguntó la rubia sonriéndome con fingida inocencia.

— Yo creo que hicimos un gran trabajo — le siguió Draco.

— Sigo diciendo que no eran necesarias las letras — habló Theodore.

Draco, Daphne, Theodore. No me sorprende tener razón, pensé cuando ellos solos se echaron tierra encima. Miré a Draco con algo de lástima. Todavía no parecía aprender que yo no era de quedarme de brazos cruzados y ya.

— Yo no tuve nada que ver, por si acaso — se apresuró a aclarar Blaise acomodándose en su lugar. Le sonreí ligeramente, asintiendo en su dirección —. Aprecio mi vida.