Stupid Girl #2

Capítulo 10: Happiness is a butterfly

Happines is a butterfly

Harry me había pedido a hablara respecto a Voldemort en la clase de Umbridge. Me dijo que hiciera algo muy Gryffindor, que era enfrentarla delante de todos y contradecir sus palabras, y que él iba a darme apoyo de igual forma. No estuve de acuerdo, pero decidí no pelearle mucho. Era su forma de pensar que no estaba solo, y que al menos alguien le creía, aunque no fuera completamente cierto.

Estaba sentada con Pansy aquel día, y al frente de mi estaban Draco y Blaise. Al otro lado del salón estaban Harry, Hermione y el Ron, y el castaño me daba una o dos miradas eventualmente, como asegurándose de que fuera capaz de cumplir nuestra parte del trato.

Estaba nerviosa, no mentiré. Pero traté de controlarme lo mejor posible cuando Umbridge entró al salón y empezó su aburrida clase. Draco se volteó hacia mi en un momento dado, y yo fingí no verlo.

— ¿Podemos hablar? — preguntó en voz baja.

— No — tajé.

— Pero...

— Dijo que no — se atrevió a hablar Pansy, más no lo miró.

— Tu no te metas, mentirosa de mierda — le dijo con asco. Noté como ella bajó la mirada a sus libros, jugueteando con sus manos y volvía su vista al frente con su nariz enrojecida.

Yo lancé un suspiro.

— Draco, cierra la boca y déjanos en paz. Me da asco escucharte.

— ¿Hay algún problema por allá atrás? — preguntó Umbridge viendo en dirección a nuestra mesa. Blaise sonrió encantadoramente de forma despreocupada.

— No, profesora — la tranquilizó Blaise.

— De hecho, si — intervine levantándome de mi asiento con el libro entre mis manos y una ceja alzada — ¿Cuando nos enseñará hechizos de defensa?

— Creo que quedó bastante claro que no los necesitaremos, señorita Leblanc — dijo con esa sonrisa que tanta irritación me provocaba.

— Oh, claro que sí — repliqué —. Voldemort volvió. Yo misma fui víctima de su magia negra — me señalé —, los necesitamos para vencerlo, ¿No lo crees, Harry? — le hice una seña.

Él se levantó de su puesto también, asintiendo de forma efusiva.

— Así es. Él volvió — afirmó —. Y nada de esto nos ayudará a vencerlo.

El salón se llenó de murmullos y yo solo suspiré, pensando en cual era la necesidad de esto.

— Dejen de mentir — exigió Umbridge sin dejar de sonreír —. Él no volvió. Está muerto. Ahora, abran sus libros en la página....

— Usted es quién debería dejar de mentir, profesora — la interrumpí —. Es tan obvio que sus planes son quedarse con la directoria de Hogwarts...

— ¡Silencio! — me interrumpió — ¡Detención para ambos después de clases!

Harry y yo nos miramos.

— Adele... — murmuró Pansy.

— No pienso volver a ser marcada como una vaca por culpa de esa imbécil — dije y seguidamente salí corriendo en dirección a Harry, lo tomé de la muñeca y lo arrastré a las afueras del salón escuchando los gritos de Umbridge a nuestras espaldas.