Squirrel ~ [ Daryl Dixon y tú ]

XXXVII

«Eres grandiosa, _____. Tus manos son milagrosas. Ya salvaste a uno de mis niños, podrás con este»

Esta es la undécima vez que te lavas las manos en los últimos quince minutos. El chorro de agua se desliza con fuerza por tus manos, refriegas con escobilla cada parte de tus manos, colocando énfasis en tus uñas y en la zona interdigital. Refriegas con fuerza, no importa el ardor que comienzas a sentir. Cortas el agua y observas tus extremidades totalmente irritadas. Sigues sintiendo la maldita sangre en ellas, puedes sentir la sensación aspera. Observas tus uñas, aún puedes observarlas rojas. Das la llave del lavamanos y comienzas otra vez a lavarlas.

ㅡ _____... ya están limpias ㅡ dice Daryl por lo bajo acercándose a ti y cortando el agua en medio del lavado. Dejas la escobilla a un costado y observas tu rostro en el espejo que tienes en frente. No puedes reconocerte, no puedes ver nada en ese reflejo. Solo puedes observar malos sentimientos y pensamientos que no quieres expresar, que te gustaría abandonar porque no sabes qué será de ti si permanecen ㅡ. Es hora... todo está listo ㅡ asientes. Secas tus manos rápidamente y sales del baño.

Cada paso que das sientes que retumba fuerte en tu cabeza. Quisieras sacarte el audífono, abandonarte un momento, pero apenas el silencio te inunda, algunos sonidos y voces aparecen en tu cabeza y son tan fuertes como si fueran reales. No puedes dejar de escuchar la respiración complicada de la bebé, no puedes dejar de escuchar una y otra vez las palabras de Lori... no puedes dejar de escuchar.

Todos se encuentran reunidos en el patio, en el nuevo cementerio. Cuatro habían sido los caídos, hoy tenían que despedir a cuatro almas inocentes por culpa de una imbécil rencorosa y odiosa. Cuando Daryl y Rick llegaron a los generadores junto con Celine para detener las alarmas y el caos que habían provoado no encontraron a nadie en el lugar, ni una pista o señal de quién fue, pero tú no necesitabas pruebas para saberlo. No necesitabas ni una mierda, sabías perfectamente que Ronda lo había hecho. Tuvo toda una noche para planearlo y le resultó tal como imaginó o aún peor, pero no te ibas a quedar así. No tendrías compasión como ella tampoco tuvo contigo ni con las cuatro almas inocentes que cayeron hoy. Sus manos están llenas de sangre y no ibas a permitir que ellas se las limpiara fácilmente.

Pasas la uña de tu pulgar en cada una de las uñas intentando sacar la sangre inexistente en ellas, no podías dejar de sentir el líquido seco en ellas. No podías, simplemente te sentías sucia y no sabías como parar aquella sensación. Daryl se da cuenta de esto, desde que ayer no paras de limpiarte y lavarte las manos. Desde ayer que no hables ni lloras. No sabe qué hacer, cómo ayudarte. No puede verte así, siente su pecho herido. Tiene miedo de lo que estés acumulando.

ㅡ Hoy vamos a despedir a cuatro almas que parten hacia el encuentro con Dios todo poderoso ㅡ inicia Hershel la ceremonia ㅡ. Hoy vamos a decirle hasta pronto a cuatro grandes personas que nos acompañaron por mucho tiempo. Bueno, dos de ellas lamentablemente no tanto. Una de ellas no pudimos conocerla bien porque hace poco se integraba al grupo, pero por lo que la conocimos parecía una gran mujer, con mucha colaboración y dedicada por sus compañeras.

ㅡ Así es ㅡ dice Tamara sollozando ㅡ. Sarah era la mejor ㅡ rompe en llanto y Becky se encarga de consolarla ㅡ. Perdón.

ㅡ Está bien ㅡ tu tío aclara su voz ㅡ. Y otra pequeña pequeña alma que parte rápidamente al encuentro con Dios, que estuvo con nosotros desde el vientre de su madre, que la vimos crecer y queríamos conocerla más, pero lamentabemente el propósito que tenía Dios para ella era diferente ㅡ sueltas una leve risa irónica ㅡ. Dios es grande y solo él sabe por qué hace las cosas, debemos intentar descifrar su mensaje... cuál es el propósito de todo esto... ㅡ suspira ㅡ. Empecemos por T-Dog... Theodore Douglas era una gran hombre, un increíble muchacho que siempre estuvo al servicio de todos, jamás dudo en ayudar a alguien y exponer su vida para salvar otra. No olvidaremos ninguno de sus chistes de la cena, no olvidaremos su risa contagiosa ㅡ todos ríen leve y asienten, excepto tú. Tú seguías limpiando tus uñas ㅡ. Lamento mucho tu partida, T-Dog. Nos harás mucha falta. Gracias por salvarnos con tu acto de valentía.